Algunos, en su inconsciencia, pretenden disfrutar de su paraíso sin que los pobres de la tierra les molesten. Algunos, en su ignorancia, quieren continuar con su banquete aunque estén rodeados de hambrientos. Algunos, en su delirio, anhelan que su fiesta no tenga fin. Qué ilusos…
Ya no cuela esta realidad paralela en la que nada es lo que parece ni lo que debería ser. Una fábula increíble sobre la que cayó el telón al verse los hilos de las marionetas que nos gobiernan. Van tan de sobraos de impunidad y confianza, que piensan que no les pasará nada porque manejan la justicia y los medios de comunicación.
Pero la brecha entre ricos y pobres aumenta día a día. Cada vez es mayor el número de los desheredados y, por lo tanto, su fuerza. Cada vez se sabe más y crece más la masa crítica que quiere y puede cambiar las cosas para todos, incluso ellos. Es cuestión de tiempo. Pueden retrasarlo pero no evitarlo.
Macaco – Seguiremos