WOLRUS:
Miguel Puig: guitarra, voz
Graham Summer: guitarra, voz
Joki: Bajo, coros
Adri MT: guitarra solista, coros
Diego Veiga: hammond, armónica, coros
Adrián Seijas: batería.
SET LIST:
Neil song
Summer of 10’s
Clearer than me
Country fever
Tell me mama
Every Smile
Take me away from home
She is
Beachwall
Blow my mind
Feel I’m gonna feel better
Our favourite game
Rock me all night long
Some house
Secret slave
Long time gone
My love is gonna last
Far away the mountains
Hacía año y medio que no veía a los Wolrus en directo. No hace mucho que han sacado un EP con cinco temas, “Chasin’ the light” y tenía muchas ganas de ir, teniendo en cuenta que era su último concierto antes de encerrarse a grabar su segundo LP. Actuaron en el Mardi Gras con motivo de los conciertos de Retroalimentación y teloneados por Néstor Pardo. Con la profesionalidad que los caracteriza, desgranaron dieciocho temas a lo largo de hora y media de concierto en el que no hubo momento para el aburrimiento.
He de decir que Wolrus, entre otros méritos, tiene el de enganchar a la gente con un género que no gusta a todo el mundo, yo incluida. El country, o country rock, o rock americano, que no sé muy bien cómo definirlo, no es de mis favoritos y, sin embargo, no tengo el menor problema en escucharlo cuando lo hacen ellos, incluso en lata. En directo son impecables: cantan todos, muy bien por cierto, predominando el registro agudo, y dan juego introduciendo en ciertos temas una serie de instrumentos como la armónica, la pandereta (no es tan fácil, Linda McCartney subió enteros en mis estima esa noche, del cero al dos), la guitarra slide e incluso el bottle-neck, en detrimento del absoluto protagonismo de las guitarras, lo cual está bien, no todo es guitarra en este mundo y en esta ocasión acompañaron perfectamente, se trató más bien de un concierto de “trabajo en equipo”, aunque también tuvieron varios momentos de lucimiento. El repertorio, muy bien elegido en su orden: constaba de una intro de tres temas y cuatro breaks: acústico, eléctrico, con colaboración de Néstor Pardo (excelente slide) y de Alba y Carla de Figueredo haciendo los coros, equilibrando bien los temas rotundos con otros más relajados e involucrando al público constantemente. Por cierto, estaba petado: un ochenta por ciento del aforo, aproximadamente. Lo cual resultó incómodo, porque la Mardi no es la mejor sala del mundo para un concierto multitudinario, dicho sea de paso.
Como iba diciendo, fue muy acertada la forma de presentar el repertorio. De su primer disco, “Wooden tapes”, eligieron nueve temas; del EP “Chasin’ the light”, cuatro. Primer acierto en el comienzo, al tocar la maravillosa “Clearer than me” en tercer lugar. La gente se sabe los temas, por cierto. Con el cuarto tema dieron paso al set acústico, con Néstor Pardo a la slide guitar, con canciones más lentas, como “Country fever” o “Take me away from home”. El despiporre llegó con el set eléctrico, que incluía mi tema favorito de Wolrus, “Rock me all night long” y algunos del EP: “Beachwall” y el tema que genera rollito paz y amor: “Blow my mind”, heredero sin duda de los Byrds y que, para mi gusto, supera a la banda americana. Entró Néstor nuevamente para acompañar en “Secret slave” y llegamos a la parte final del concierto con la colaboración de las dos coristas. La banda se salió absolutamente en el último tema, “Far away the mountains”, casi me compro un caballo y un carro de heno al salir de allí. El entregadísimo público entró en delirio.
En cuanto al dominio escénico, complicado asunto teniendo en cuenta que hubo momentos en que había nueve personas tocando y/o cantando, se desenvolvieron bastante bien. En algún momento uno de los guitarristas daba demasiado la espalda al público para empatarse con el guitarra solista y a mí me gusta verles las manos, pero bueno… en ejecución estuvieron perfectos y además sonó bien, por lo menos desde donde yo estaba, cosa que tampoco pasa siempre en la Mardi.
Resumiendo: un conciertazo. Ahora esperaremos impacientes el nuevo disco y, por supuesto, su presentación. Seguid así, muchachos.
Texto y video : Ana Vázquez Villareal.
Fotos: José Guerra.