Martes y ya más reposada, puedo decir que me lo he pasado pipa en Coruña. La ciudad me parece una preciosidad, no la conocía y, lo poco que me he visto, me ha entusiasmado. La vista desde el hotel, obviamente, un pasada. La gente en general, me refiero a la gente de Coruña, encantadora. Como anécdota os diré que al llegar nos perdimos, es decir, nos pasamos el carril que teníamos que tomar y mi querida hermana María Mercedes López Ordiales, excelente conductora, quiso colarse (no suele hacerlo) ante lo que obviamente recibimos pitada y pedimos disculpas en ese lenguaje universal que advierte a otros conductores que eres de fuera. Luego nos enteramos que las disculpas llegaron a buen puerto, porque el nativo nos siguió, se puso a nuestra altura y nos indicó como llegar a nuestro destino. Diez para esa gente así de amable, que aún existe.
Reencuentros con gente que ya conocía y el poder abrazar a gente que sólo conocía por este invento que es Facebook y que debo decir que gana, y mucho, en las distancias cortas.
Entrando en harina, os diré, que me ha gustado un montón por la posibilidad de intercambiar opiniones, de crear debate, que creo que es muy, pero que muy necesario. Podréis decir que a mí debería importarme un pepino, porque al fin y al cabo sólo soy una lectora de Badajoz, provincia olvidada o algo así. Frente a eso debo deciros que un lector, desde mi punto de vista, es importante venga de donde venga.
La presentación de Mimmi Kass me pareció soberbia, entre otras cosas, porque expuso su punto de vista personal en ese vía crucis que debe ser escribir un libro y lo expuso de forma amena y divertida. Y sí, es como yo me imagino que debe ser ese camino, plagado de sin sabores, de reescribir, de corregir una y mil veces, de recabar puntos de vista objetivos que te digan sin ambages esto es infumable si lo es, huyendo de esas palmadas en la espalda que muchas veces es lo único que se busca. Un diez para Mimmi, que por cierto, saca libro en Julio.
La mesa de editoriales me pareció interesante, mucho. Debo decir que me sorprendió, gratamente, Libros De Seda Prensa , que presentó su catálogo y las novedades que vienen. Alex Manyé se lo curro y esta lectora se lo agradece, por muchas razones, entre otras porque preguntó a los lectores cosas que nos importan, contestó a nuestras preguntas que eran muchas y, después de la mesa, tuvo la gran amabilidad de cambiar impresiones en corrillos; transmitía un verdadero interés sobre el punto de vista del lector, que no nos olvidemos, es quien paga. También dijo, alto y claro, que sí publican españolas y que esperan manuscritos, así que animaros.

En la mesa redonda de autoras quedó claro que no todo vale, o que no debe ser así. Es decir, debe existir un equilibrio, debe buscarse, por el bien de los mismos autores y de las editoriales. Cuando alguien, y aquí me sale la vena abogado, contrata con una editorial la publicación de su libro, lo cede a cambio de unos servicios (corrección, distribución, publicidad…) servicios que cobra la editorial con el correspondiente porcentaje de venta. En ese binomio en puridad, al escritor le correspondería escribir, entregar su manuscrito y a la editorial (que se lleva un buen mordisco) cumplir con lo prometido. No se nos olvide. Yo compro libros y pago por un producto que me gusta que esté bien acabado, lo siento, soy así de rara. No me gusta que me vendan algo que no es un libro y lo llamen como tal. Llamadme tradicional, vieja, añeja o caduca, me da igual, creo que tengo derecho a exigir en la medida en que compro algo que se me está ofreciendo en el mercado y sé que este es el sentir de muchos lectores como yo. Odio tener que esperar un mes o más, el papel lo compro en librería, porque la distribución es pésima; odio abrir un libro y llegar al punto de la asfixia porque no existe puntuación; odio que me digan magnifica historia de amor cuando lo que al final te llevas a casa no es más que una sucesión de escenas de sexo sin sentido, odio comprar una novela erótica (sí leo erótica) y que al final el erotismo se haya ido al garete porque el libro se limite al folleteo crudo y de mal gusto. Entiendo que es labor de la editorial el corregir, el clasificar, el ofrecer al consumidor, que es el destinatario, un producto acabado, con una calidad aceptable (ya no voy a decir extraordinaria) y, desde luego, clasificándolo como se debe: romántica, erótica o, simple y llanamente, pornográfica.

Se nos dio voz a las lectoras y subimos a la mesa Mercedes, mi hermana, y la hermana postiza que nos hemos buscado Esther LisbethEsther Lancha. Lo que quisimos trasmitir y creo que lo hicimos y nos lo han hecho saber muchos lectores como nosotras, (la mayoría de las veces guardamos silencio, pero existimos), es que el mercado está saturado, que ganar mercado y en eso se basa el negocio, es difícil; que quien se acerca desde fuera necesita un lazarillo porque si no huye espantado, que la visibilidad, ese famoso concepto tan moda, no significa ni éxito, ni calidad; que una publicación, te guste o no te guste, debe cumplir con unos parámetros que sí son objetivos, para ponerse en el mercado y venderse como tal, porque existe una clara diferencia entre gusto personal y el que el libro sea de calidad; que las estrellas en las plataformas sirven en la mayoría de las ocasiones de cero para el lector de verdad, en muchos casos incluso te espantan; que ser escritor es una tarea difícil, que falta autocrítica y que el escritor, al igual que el resto de los profesionales, tiene la obligación de conocer sus instrumentos de trabajo; que leer un libro mal escrito es un tortura para cualquiera; que aunque el leer sea ocio, hay que tener cuidado con los modelos que se transmiten, porque queramos o no, sí se transmiten modelos y a mí personalmente, lo dije allí, me importa la educación sentimental; que basta ya de fotocopias, de personajes planos que no conmueven, ni para bien ni para mal; que al lector le interesa acabar las sagas cuando se empiezan; que cuando te gusta leer el formato no te importa, porque no ves en el libro un elemento decorativo más y, sobre todo, que nos gustaría poder opinar sin que se nos atacara y esto, señores, es una reivindicación con mucha enjundia y os voy a decir el porqué. Los lectores de a pie somos eso, gente silenciosa, por lo general, que se gasta la pasta en un libro en lugar de en otra cosa, sostiene el negocio, vaya, y pasa parte su ocio consigo mismo y el escritor de turno. Si opina no tiene porque soportar insultos, amenazas (sí amenazas) ironías varias e incluso ataques orquestados por los palmeros de tal o cual escritor, que ocurre. Si se critica un libro de autor español, y cuando hablo de crítica me refiero a la realizada con respeto y de manera fundada, te puedes encontrar con que se pete tu correo, recibas privados o MD varios de contenido cuando menos curioso, te pongan a parir diciendo esa es tonta, no sabe leer, “la voy a dar dos ostias”, seguro que tiene intereses…Pues eso está pasando y no debería pasar. Que una cosa le guste a mil, ni significa que el libro sea objetivamente bueno, ni que aun siendo buena me tenga que gustar y tan legítimo es (salvo que vivamos en Corea del Norte y yo no me haya enterado) el decir esto es un bodrio si lo justificas, como el que te salga del moño palmear en la espalda al más horrible autor. Todo se resume en dos palabras que todo el mundo pronuncia pero practica poco: RESPETO Y TOLERANCIA. A buen entendedor, como decía mi padre, pocas palabras bastan.

Desde aquí dar las gracias a Trinidad Palacios Raposo por habernos dado la oportunidad de expresar nuestras inquietudes ante autores, editoriales y otros lectores. Y a Nínive L. Blé por ser tan tecnológica y retransmitir, el menos en parte, para que aquellos que no pudieron asistir valoren y extraigan consecuencias, buenas o malas, pero consecuencias al fin.

Gracias a Mariajo Losadapor estar pendiente de nosotras. Gracias a las hermanas Ana Lancha Lancha por las risas, las palabras regaladas y los seflies. Gracias a Violeta Lago y a su marido, que ha pasado a ser un ser adorable; gracias a Bela Marbel por ese abrazo y esas ganas de conocerme (se me da mal romper el hielo), gracias a Rita Morrigan, que no conocía, por ese intercambio de opiniones; gracias Silvia Barbeito (aunque te debo dos libros) espero que disfrutes de la Técula-Mécula. Gracias a Alex Manyé de Libros de Seda por soportar mis preguntas y por esa charla tan interesante. En fin gracias a todos los que hicisteis nuestro viaje aún mejor, si cabe, y que dio además lugar a que a la vuelta pudiéramos abrazar a nuestra querida amiga Andrea Miranda Duque, ajena a este mundo, pero amante de las artes y que me consta disfruta con la lectura.
UN GRACIAS ENORME A TODOS

Juan Carlos Casado Diaz

10 de julio a las 0:15 ·

Bueno pues ya estamos en casa. Este es el croquis de la ruta de estos días. Ruta x el norte y bajada rápida a Jaén por una gran pérdida. Final amargo para una semana dulce. Esos viajes que no gusta hacer pero que lamentarías toda la vida si no estuvieras ahi. Seguro que mi Tito esta con mi papi arreglando algún cacharro viejo.o simplemente sentados en una terracita contando batallitas. Nosotros seguiremos aqui haciendo km. Os quiero

En Coruña cena fantástica con Trinidad Palacios Raposo y su congreso. Ruta turística a cargo de Teresa Cameselle Rdez absolutamente deliciosa. Y en lugo espectacular visita a “donde viven las hadas” a cargo de Rita Morrigan. Muchísimas gracias!

Y hoy de vuelta a bcn parada en Castellón con paellita incluida con Yolanda QG gracias por todo!!!!

Trinidad Palacios Raposo

6 de julio a las 13:26 · La Coruña ·

Al fin, ahora que ya empiezo a ser otra vez medio persona, os dejo mi Crónica del Congreso. Y ya os adelanto que el próximo será el 7 y 8 de julio de 2017 y que, si nada se tuerce, estará la Sociedad Victoriana Augusta.

http://deamorlibrosyotrashistorias.blogspot.com.es/2016/07/mi-cronica-del-congreso.html

Importante texto y fotos en el link al blog de Trinidad Palacios Raposo.

Textos y fotos del segundo día del V Congreso de Literatura Romantica de A Coruña

cortesía del facebook de Trinidad Palacios Mosquera.

https://www.facebook.com/trinidad.palaciosraposo/timeline