Embriagado de amor,
loco por ti,
muero a cada instante,
pues no te tengo ante mí.
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En este diminuto papel,
hablando las mil lenguas que hablaban en babel,
en silencio estoy,
aunque la música suena
en este extraño café.
Y solo pienso en ti,
sabiendo que sabes que me dirijo a ti,
bella escorpio,
de aguijón causante del dolor más febril,
que es el que para bien o para mal,
causas en mí.
Que este dolor siga aquí,
mientras brindo justo antes de que todo se desvanezca.
En este diminuto papel,
hablando las mil lenguas que hablaban en babel,
en silencio estoy,
aunque la música suena
en este extraño café.
Y solo pienso en ti,
sabiendo que sabes que me dirijo a ti,
bella escorpio,
de aguijón causante del dolor más febril,
que es el que para bien o para mal,
causas en mí.
Que este dolor siga aquí,
mientras brindo justo antes de que todo se desvanezca.
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Ego.
Las raíces de vuestro corazón
están contaminadas por las sombras de la duda.
Nada sois porque todo os creéis,
y el Todo nada tiene que ver con vosotros.
Os creéis acompañados por la inteligencia,
y nadie hay más ignorante que vosotros.
Os disfrazáis con máscaras y vestimentas de carnaval,
pero siempre estáis desnudos de los piés a la cabeza.
Camináis torpemente,
creyendo conocer el final del camino,
cuando la verdad es que no sabéis ni siquiera
dar un paso para empezar a andar.
Despreciáis la riqueza verdadera,
el verdadero saber,
la Providencia incluso,
alabando tan solo ídolos de paja
que se queman en la misma hoguera
que vosotros construís con vuestra propia voluntad.
Y de esta forma os quemáis vivos
hasta convertiros en cenizas que se lleva el viento.
Un viento que jamás os acarició la cara
porque no merecíais ni siquiera eso.
Ego,ego y más ego,
os váis consumiendo poco a poco
en un oasis falso
en el que vosotros creéis que habitáis,
cuando en realidad sabéis y os sentís
profundamente solos en medio de vuestro desierto,
donde solo camináis errantes
con un miedo que os consume por dentro
hasta vuestras mismísimas entrañas.
Dejad de una vez vuestro ego
y buscad de una vez por todas
un horizonte más luminoso,
abriendo de una vez los ojos
que tan ciegos teníais antes.
Entrad de una vez
en el mundo hermoso que os rodea.
Dejaos impregnar por él,
contempladlo durante largas horas,
y así recuperaréis todo vuestro tiempo perdido hasta ahora.
Dejad que la tierra os cubra de los piés a la cabeza.
Morid si es necesario.
Porque vale más la pena morir
que ser tan solo un ego.
Un amargo y horroroso ego.
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