CLASIFICACIÓN
****Vete a primera fila y al acabar secuestra a la banda y llévatela a tu casa.
*** Vete a primera fila y al día siguiente compra todos los conciertos en DVD.
** Quédate por el medio y al acabar descarga algún vídeo de los conciertos.
* Clávate en la barra del bar del concierto y mázate a copas
THE E SREET BAND:
Stevie Van Zandt: guitarra
Nils Lofgren: guitarra
Patti Scialfa: guitarra acústica
Garry Tallent: Bajo
Max Weinberg: percusión
Roy Bitten: piano, teclados
Charles Giordano: teclados
Jake Clemons: saxo
Soozie Tyrell: violín
SET LIST:
1. Badlands
2. No Surrender **
3. My Love Will Not Let You Down
4. The Ties That Bind *
5. Sherry Darling *
6. Jackson Cage *
7. Two Hearts *
8. I’m Goin’ Down (sign request) **
9. Hungry Heart *
10. Out in the Street *
11. I Wanna Marry You (with ‘Here She Comes’ intro) *
12. The River *
13. Point Blank *
14. Atlantic City
15. Darlington County **
16. Glory Days (sign request; audience choice over “Growin’ Up”) **
17. I Wanna Be With You (sign request)
18. Ramrod *
19. The Price You Pay *
20. Drive All Night *
21. Lonesome Day
24. Because the Night (Patti Smith Group cover)
25. She’s the One
27. The Rising
28. Thunder Road
Encore:
29. Purple Rain (Prince cover)
30. Born in the U.S.A. **
31. Born to Run
32. Dancing in the Dark **
34. Shout (The Isley Brothers cover)
35. Twist and Shout
Encore 2:
36. Bobby Jean **
Bruce Springsteen ha sido el artista que más veces ha visto esta humilde cronista en directo, hasta cuatro: Santiago 1993 (Gira de Human Touch); Gijón 2003 (Gira de The Rising); Santiago 2009 (Gira de Working on a dream) y Barcelona 2016, gira de The River.
El viernes 13 aterrizaba El Boss en la Ciudad Condal para iniciar su gira europea, tras veinte días de descanso (último concierto en Brooklyn, el 25 de abril), acompañado de Patti Scialfa. Mal día para el show: el Barcelona se jugaba la liga esa misma tarde y, en caso de ganar, como sucedió, el Nou Camp no iba a poder ser el lugar de celebración de los blaugranas por estar ocupado por el huracán de New Jersey. Los que sí celebramos, y a lo grande, fuimos las 65.000 almas (y piernas) que acudimos a ver al Boss.
Aunque al parecer había gente acampada desde las ocho de la mañana, la entrada al recinto fue rápida y relativamente fluida, aunque los accesos no estaban bien indicados, si bien al lado del fiasco del monte do Gozo en 2009 hay que ponerle un 1000 sobre 10, aproximadamente. Si tienen curiosidad en saber por qué digo esto, consulten el enlace:
http://susikiu.blogspot.com.es/2009/09/concierto-de-bruce-springsteen-5-de.html
A 30 minutos de empezar el concierto, por la pista se circulaba bien y las gradas presentaban un 50% del aforo. Los verdaderos protagonistas de la velada ya estaban presentes: malditos móviles. ¿Para qué grabará la gente los conciertos en el móvil, si se ve fatal y se escucha peor? ¿Para qué pierden detalles del concierto haciendo fotos? A mí porque no me quedaba más remedio para ofrecerles a ustedes algo de material gráfico, que si no…
Con quince minutos de retraso sobre el horario previsto se despejó la primera de mis dudas de la noche, que era, ni más ni menos, con qué tema iba a abrir el Boss el concierto. Según había ido mirando por internet en su gira americana, había bastantes posibilidades de que fuera con “Purple rain” o con “Meet me in the city”. Al final, escuchar los primeros acordes de “Badlands” me anunció que Bruce, probablemente, iba a variar el repertorio con respecto a la gira americana.
Con la llegada a escena del Boss, en medio de una ovación brutal y un mosaico en las gradas que reproducía su nombre, lo hizo también el espectacular despliegue tecnológico: tres pantallas de vídeo con una calidad impresionante: una que ocupaba todo el fondo del escenario y dos a ambos lados del mismo. En la central se enfocaba al público enardecido y a unas 30.000 pantallas de móvil. Todas las luces del estadio estaban encendidas y así siguieron en los dos siguientes temas. Chapó para Bruce y su compromiso con el medio ambiente: la totalidad de su iluminación estaba formada por leds. Lástima que el sonido en algunos momentos no acompañara: se acopló varias veces durante la actuación, la primera en el primer tema. Sonó bien en general, pero me llamaron la atención esos momentos disruptivos en un despliegue de tal enjundia.
El grueso del repertorio del concierto estuvo formado por dos de sus álbumes más exitosos: The River y Born in the USA. De los treinta y seis temas que desgranó durante tres horas y media, doce fueron de The River. Bruce atacó la actuación con la garra que lo caracteriza y dedicó la primera hora del concierto a temas rápidos y rockeros: “No surrender”, “sherry darling” o el “I´m goin’ down” pedido por el público de las filas delanteras. Campechano y simpático como siempre, se dio un baño de masas al pasearse entre las primeras filas. Un apunte: su forma física sólo puedo describirla como fabulosa, os recuerdo que tiene 66 años. No sólo por tener todo el pelo, afortunado él: ataviado con un chaleco que le marcaba los bíceps y unos vaqueros ceñidos que hacían lo propio con el paquete y el culo, en su línea, aparentaba diez menos como poco. Durante esta primera hora se empató varias veces con el guitarrista Little Steven y con el saxofonista Jake Clemons que, por cierto, lamento decir que, aunque no es malo ni mucho menos, no tiene ni punto de comparación con su tío Clarence. Físicamente son parecidísimos, eso sí. Otro que brilló con luz propia fue el batería Max Weinberg con sus potentes redobles. Inapropiadamente ataviado con camisa, chaleco y corbata, el pobre sudaba la gota gorda. Springsteen cantó “Hungry heart” y el respetable entró directamente en delirio.
Una buena parte de la segunda hora fue dedicada a tempos medios y lentos, craso error en mi opinión. Ello supuso la dispersión de la atención del público (y el aumento de la venta de cerveza, y eso que la caña costaba la friolera de 5,50 leuros). Ya se lo he visto hacer en otras veces, lo cual no estaría mal en el caso de que el concierto tuviera una duración “normal”, pero es que Bruce suele tocar entre tres y cuatro horas, así que ya me dirán… En un momento dado se encendieron todos los flashes de los móviles de las gradas y aquello parecía un alumbrado navideño. Para entonces yo ya tenía claro que la estrella de la noche, aparte del jefe, era el excelente pianista (me niego a llamarlo teclista, hace mucho más que eso) Roy Bitten, que tocó unas cuantas intros espectaculares, de quitarse el sombrero. Lo cual no quiere decir que el resto de la banda estuviera mal, en absoluto. Ahora, a Scialfa no le había escuchado aún el metal de voz, aunque las pantallas de vídeo la enfocaban cantando y aporreando la acústica como un robot. Hubo que esperar a un “Because the night” maravilloso para ver al matrimonio Springsteen compartiendo micro los dos solitos, ya que Patti le hizo la voz alta en el puente, y he de señalar que me llamó la antención la absoluta falta de complicidad que encontré entre ellos. Patti se dedicó sólo a la acústica, tocando acordes en los dos primeros trastes, como los principiantes, y dejó el violín a cargo de Soozie Tyrell. Era la primera vez que veía a la Scialfa en directo y, la verdad, ni frío ni calor.
El concierto iba avanzando y yo veía bastantes diferencias con la última vez que había tenido el honor: Bruce ha reducido sus payasadas habituales (y lo digo desde el cariño porque sé que no es impostado y le sale del corazón) y sus speeches en pro de la música. Alargar los finales de los temas es marca de la casa y esta vez no fue diferente, pero por lo menos no nos hizo estar media hora más de pie, que créanme, se nota, en aras de lo no meramente musical. Y una grata sorpresa, porque no la esperaba en la set list: “brillant disguise”. También he notado que el Boss ya no tiene tanto chorro de voz como antaño, incluso me atrevería a decir que le bajaron un tono algunos temas, pero, insisto: son casi 67 años. Aunque también vi a Miguel Ríos con 70 tacos hace no mucho tiempo y seguía con la voz impecable y cantando en su tono. El respetable se vino arriba con “The rising”, lógicamente el título no invita a hundirse en la miseria, y para celebrar la entrada en la tercera hora me pedí una cerveza, considerando que la vejiga aguantaría sin problema hasta el final del concierto. No sé cómo hace otra gente, estuve rodeada de peña que no paraba de trasegar y no vi a nadie ir al baño, dondequiera que estuviese.
Ocho bises se marcó Bruce para finalizar un concierto memorable: llegó el “Purple rain” que homenajeaba al recientemente fallecido Prince en el puesto 29. Ya casi toda la banda estaba en primera línea interaccionando con jefe y público. Excelente Nils Logfren a la guitarra, para mi gusto muy superior a Van Zandt, y de hecho llevó el peso de los solos más complicados. Bruce también se marcó alguno de forma correcta, aunque no demasiado difícil, lo suyo es la composición, no la ejecución. El rebaño disperso volvió al redil cuando empezaron a desfilar los himnos: “Born in the USA” y, sobre todo “Born to run”. Las luces del estadio se encendieron nuevamente y ya no se volvieron a apagar. En “Dancing in the dark” el Boss sacó a bailar a una cría que decía que ese día cumplía dieciocho, pero a saber… Hubo un momento de emoción cuando la E Street Band recordó a sus compañeros fallecidos Clarence Clemons y Danny Federici, de los cuales se proyectaron imágenes mientras tocaban “Tenth avenue freeze-out” y después todos movimos el culo, a pesar de las casi tres horas y media que llevábamos de pie (más la espera) al son del “Shout” de los Isley Brothers y el “Twist and shout”. Ésta última ya la había tocado en el concierto de 2009. El fin de fiesta, una de Born in the USA: “Bobby Jean”. Salí de allí con la sensación de que de los cuatro que he visto, este ha sido el mejor concierto, a pesar de que el repertorio no fue del todo de mi agrado, de que faltaba Clarence y de que el chorro del jefe mana un poco menos que antaño. Y supongo que el hombre se fue a descansar, que al día siguiente lo esperaban en San Sebastián. Una noche gloriosa y un gran artista. Grande, Bruce. Siempre es un placer volver a verte.
ANA VÁZQUEZ VILLARREAL.
Crónica concierto y fotos Bruce Springsteen en Barcelona 2016.