Asomaba el nuevo milenio y William Paul Borsey Jr. se había instalado en la diminuta población de Los Cerrillos, Nuevo México, unos 40 kilómetros al sur de Santa Fe. Tras dos décadas enganchado a la heroína, el artista conocido como Willy DeVille era por fin un hombre limpio al filo de la cincuentena. Su carrera, revitalizada casi por sorpresa a raíz de Backstreets of Desire (1992) y del directo Live (1993) parecía dejar atrás también el aura de malditismo que le había perseguido durante sus últimos años al frente de su primer proyecto, Mink DeVille. Su trabajo más reciente, Horse Of A Different Color (1999), había merecido el aplauso generalizado.
El árido y desolado rincón del suroeste en el que había elegido vivir despertó el interés del artista por su ascendencia nativa. La abuela materna de Willy (que tenía también sangre irlandesa y vasca) pertenecía a la tribu de los Pequot, oriunda de Nueva Inglaterra. Mientras buceaba en busca de información sobre sus antepasados, encontró tiempo también para producir y colaborar en el álbum Blue Love Monkey deRick Nafey, antiguo compañero suyo en Billy & The Kids y The Royal Pythons, sus primeras bandas de juventud.
Pero aquella vida tranquila, apacible, casi contemplativa, que llevaba en Nuevo México se cobró un altísimo precio. DeVille vio cómo se hundía su matrimonio con Lisa Leggett, que era además su manager y un elemento clave en su resurgir artístico y vital. Legget, con quien el músico se había casado en segundas nupcias en 1984, había merecido una sentida dedicatoria, “amore della mia vita”, en otro magnífico disco, Loup Garoup (1996). Cuando en 2001 se enteró de que Willy había empezado a salir con otra mujer, Lisa se ahorcó. Y al parecer fue él quien encontró el cadáver…. y hubo de cargar con él hasta el último de sus días.
La muerte de su segunda esposa, a la que se refiere el tema Downside Of Town, estuvo a punto de provocar también la suya. El propio DeVille lo explicó en 2007 en una impagable entrevista con el canal de YouTube Face Culture: “Tuve un accidente de coche porque me volví loco. Supongo que de algún modo quería burlarme de la muerte porque alguien a quien quería mucho acababa de morir. Y eso es a lo que se refiere uno de los versos de esa canción: ‘ella todavía me hace daño porque fui yo quien la mató’. Y puede que al escucharlo te preguntes si digo que la maté porque le dije o le hice algo… No. Es literal. Literal. Y lo siguiente que ocurrió es que la maldita policía se presentó en la maldita casa. Y yo no dejaba de llorar… Espero que publiques esto como es debido porque lo que te estoy contando es material sagrado… Yo estaba enamorado de otra mujer, habíamos pasado una racha muy mala… Así que me subí al coche decidido a tirarme por un barranco. Estaba en las montañas de Nuevo México. Y ellos me lo impidieron, me cortaron el paso nada más doblar la esquina. ¿Sabes lo grande que es un Dodge Ram? Me rompí el brazo por tres sitios y mi rodilla atravesó el salpicadero… Me jodí todos los huesos posibles… Anduve con muletas y bastón los tres años siguientes, sin poder ir a ningún sitio ni hacer nada. Me jodí de verdad. Estaba como para que me tirasen a la basura”.
En efecto, cuando DeVille acometió la grabación de su siguiente disco, el también notable Crow Jane Alley (2004), del que forma parte Downside Of Town, caminaba todavía apoyado en un bastón que no pudo dejar de lado hasta que en 2006 le colocaron una prótesis en la cadera. La indagación en sus raíces indias se haría visible en la estética adoptada por el músico a partir de este trabajo, en el que, a falta deparientes pequots, se rodeó de los músicos de la banda de rock chicano Quetzal, del guitarrista y acordeonista de Los Lobos, David Hidalgo y del percusionista peruano de jazz Álex Acuña. Dejó de vestir como un caballero del siglo XIX, se afeitó buena parte de su larga cabellera y cubrió su escuálida apariencia de amuletos, plumas y brazaletes étnicos.
Willy DeVille pasó los últimos años de su vida en Nueva York, donde había comenzado su carrera a mediados de los 70. A su lado estuvo su tercera mujer, Nina, hija del actor y director de cine sueco Sture Lagerwall. Su salud se fue deteriorando cada vez más deprisa, aunque todavía sacó fuerzas para realizar varias giras por el norte de Europa (siempre sentado en un taburete) y grabar Pistola (2008), el que sería su último álbum. En febrero de 2009 le fue diagnosticado un cuadro severo de hepatitis C y, apenas un par de meses más tarde, cáncer de páncreas. Murió el 6 de agosto, a pocas semanas de cumplir 59 años. “Tengo una teoría”, había dicho en cierta ocasión. “Sé que venderé muchos más discos cuando esté muerto. No es algo que me alegre pero supongo que debo irme haciendo a la idea”.
Downside Of Town
I left a note on your pillow
With a hand print on your window pane
Calling you just to hear your voice
I knew then I didn’t have a choice
Here I am, baby, on the downside of town.
Stuck here such a long long time
Hanging on the telephone line
Please, answer now so I can say
That I will never ever hurt you again
Here I am, baby, on the downside of town.
Packed my things and I took my guns
Crawled out the window and I started to run
Why did I leave ? Did you not want me around ?
She hurts me still since I cut her down, since I cut her down.
Here I am, baby, on the downside of town.
Then I heard that voice that I love so
Why I left I just don’t know
Don’t hang up on me, give me one more chance
I need to tell you that I love you again
Here I am, baby, on the downside of town
On the downside of town
Here I am, baby, on the downside of town
On the downside of town.
Artigo por Eduardo Herrero Lapido.