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Xurxo Mares

EL TIMO DEL CASOPLÓN, por José Antonio Illanes

Iglesias ha pecado de incoherencia. Criticaba unos postulados y luego, pasados los años, ha sido presa de sus palabras. Errare humanum est. Eso le ocurrió a Pablo de Tarso en el camino de Damasco y ahora es apóstol y santo de la Iglesia. Pero las bases de Podemos temen que esto los destruya. ¿Deben estar alarmadas? No, todo lo contrario. Es más, si Iglesias cometiera otras dos incoherencias graves, pronto lideraría las encuestas.

Hemos visto a Mariano recogiendo firmas contra la subida del IVA y hasta exigiendo en el Congreso un referéndum para Cataluña. ¿Puede haber más incoherencia? No. ¿Subía en votos? Arrasaba. Vemos a Rivera, el catequista de la regeneración, apoyar en Andalucía al PSOE y en Madrid al PP. ¿Esto es coherente? Para nada. ¿Sube en las encuestas? Arrasa, y ahora que lidera el movimiento transversal feminista y la marea pensionista, más. Ya ha ganado las elecciones tres veces. ¿Y Pedro? ¿Es Pedro coherente? No parece coherente ganar unas primarias prometiendo echar a Rajoy y luego investirlo. ¿Le ha perjudicado en las encuestas? No. ¿A qué viene entonces tanta aprehensión entre las bases podemitas?

A los ridículos complejos de la izquierda española, al purismo desmedido, a la ñoñería, al cainismo. También a la credulidad extrema del pueblo español… El principal peligro del podemismo no es la incoherencia de Iglesias –ya vemos que puede ser hasta una ventaja-, sino la ingenuidad extrema del votante de izquierdas y hasta del militante, su proverbial predisposición a ser timado por la derecha.

Uno de los timos estrella de la derecha es el Timo del Casoplón, un clásico como el del Tocomocho. Consiste en criminalizar la morada de un líder izquierdista llamándola mansión, chalet, palacio y otras grandilocuencias con la intención de que las bases revienten desde dentro al líder en cuestión y al movimiento que lidera. Fácil, limpio y práctico. Ya lo ejecutaron con Anguita en el 96, a cuenta de un chalet que arrendó. La prensa fascistoide agigantó y falseó la cosa y las puñaladas internas le llovieron al camarada. No llegaron a matarlo, pero casi.

Al coordinador de Baleares lo mismo. Todavía tiene Inda los colmillos manchados de sangre. También lo hicieron con las casas de Solchaga y Boyer, y hasta con Zapatero. Hoy mismo leo lo del piso recién comprado de Garzón. ¿Y con Varoufaquis? ¿Se acuerdan del “palacio” con vistas al Partenón donde aquel rojazo desayunaba al sol? A los izquierdistas griegos no les dieron el Timo del Casoplón, pero a los españoles sí. Ahora viene el chalet de Iglesias. Sus bases, timadas hasta las trancas, pueden y van a defenestrarlo. Váyase mentalizando el sucesor, porque en parrilla de salida está el timo del Audi, el de la Piscina, el de las Vacaciones, el de la Ración de gambas, el del chaleco Lacoste, el del Viaje de novios… Toda una grandiosa timoteca esperando con los brazos abiertos.