viernes, 13 de diciembre de 2013
Centro Cívico en Los Rosales, ¡comienza el taller!
Esta semana hemos comenzado el taller en el Centro Cívico de Los Rosales. Aunque estaba previsto el triple de gente, diversas obligaciones que plantea la vida nos llevaron a que solo pudieran venir unos cuantos, pero (como me suele ocurrir), alumnas aplicadas y entusiastas. Es más: ha repetido una alumna.
La primera práctica, para la que les di 10 minutos, era de aproximación. Tras explicarle qué es un microrrelato, les pedí escribir algo con las palabras “huella”, “perchero” y “bolígrafo”.
Esto fue el resultado:
– Ana (“En pos del amado”): “El frío congela el ambiente y la huella de mis dedos se queda colgada, pegada al perchero. Ya no puedo escribirte, amor, mis manos no llegan al bolígrafo. El papel se ha congelado. Te he perdido”.
– Loli: “Con aquel viejo bolígrafo Bic había escrito historias, muchas historias, también su propia historia. Pero una huella roja, rojísima, que pudiera ser de sangre, o tal vez carmín… (de otra) desintegró en mil pedazos su viejo abrigo de diario, tan cuidadosamente colocado en el perchero del diván. Un desconocido conocido empezó a visitarla”.
– Balbina: “Cogí el bolígrafo. Marqué las huellas de mis zapatos y en el perchero estaba el cadáver que yo quería matar”.
– Jacobo (yo) (“Venganza”): “Cuando movieron el perchero, el bolígrafo observó la huella perfecta que aquel había dejado en la moqueta. Como no quería ser menos, aprovechó un descuido de su amo al día siguiente para destintarse en el bolsillo de su camisa favorita. Le había vuelto a ganar al estúpido perchero”.
Gracias por participar de estos talleres y por aportarme tantas cosas nuevas. Aprendo día a día con vuestra sensibilidad.
Publicado por Jacobo Feijóo en 17:08
lunes, 16 de diciembre de 2013
Centro Cívico de Los Rosales, segunda clase
Una vez que terminamos la teoría, la segunda clase hizo necesario escribir unos micros para ir perdiendo el miedo.
Había que escribir un microrrelato de 50 palabras como máximo, título incluido, en donde se viesen las caractarísticas propias del microrrelato. Era recomendable buscar la mayor brevedad posible. Este fue el resultado:
– Loli (“Antitrayecto”): “Desde la ventana del Cadillac rojo metalizado acertó a ver su espejismo: un mundo sin fin, y un final sin principio”.
– Roberto (“El click del terror”): “Mientras jugaba, Naima miró con indescriptible horror a su hermano al oir el click que produjo su pequeño pie al apoyarse sobre el suelo. Afganistán, 2012”
– Ana (“Pérdida”): “En ese grupo negro, la hormiga perezosa abandonó el trabajo para contemplar el río. Sobre el agua, el puente moderno, el sol poniente y la noche invadiendo el paisaje. Un temblor: el hormigón se desploma. La hormiga llora”.
– Balbina (“A los seres más queridos”): “Me queríais tanto, ¡¡con esas manos tan trabajadas!! Dejabais todo para adorarme y era la linda niña de vuestros ojos, pero os marchasteis para el Cielo. No fue nada fácil vuestra ausencia. Estáis en mi mente. Vuestro retrato. Erais mis pasos y yo vuestros pasos. Hasta siempre”.
– Jacobo (yo) (“Genealogía”): “Una familia numerosa: Aforismo, Lema, Eslógan, Haiku, Chiste, Epitafio, Greguería, Adivinanza y Señal. Por si fuera poco va y nace Microrrelato, el pequeñín. Ahora es cuando el escritor padre suda pensando cómo alimentarlos a todos”.
Me encanta ver como el nivel literario de los alumnos es cada vez mejor y mejor. Da gusto ser profesor con gente así. ¡Enhorabuena, seguid por esa línea todos!
Publicado por Jacobo Feijóo en 14:04
martes, 17 de diciembre de 2013
Los Rosales: tercer taller y cierre
Ayer clausuramos el taller de microrrelatos del CC de Los Rosales. Esta vez pudo venir muy poca gente, pues las fechas navideñas ya comienzan a ser algo incómodas y estresantes para muchos y se hace difícil hacer un hueco a media tarde.
Sin embargo, fue más que suficiente el número de asistentes.
Como tocaba práctica, dimos 15 minutos para escribir un microrrelato de 500 caracteres (espacios no cuentan) con título incluido y cuya temática fuese la Naturaleza. Debían reflejarse el mayor número posible de características de los microrrelatos en su composición. Esto fue el resultado:
– Balbina (“La Naturaleza”): “La Naturaleza es algo grande. Es la inmensidad. Es la vida. Es luz. Es sol. Es todo. Sin ella no podríamos vivir”.
– Ana (“Alegría”): “Las criaturas salieron del zoco corriendo y llegaron a las murallas para ver arribar el barco. ¿Vendrían los piratas? El sol se acostó. Todo ardía: rojo, rojo, rojo. Se quemó la hierba y se transformó en arena. Los piratas. ¿Dónde está mi padre? La mirada de los niños buscaba con ternura. ¡Papá! El bucanero abrió sus brazos haciendo girar a sus hijos en el aire. Risas y risas”.
– Jacobo (yo) (“Lluvia”): “Cuando llueve, el Cielo ríe de alegría. Por eso nace más bonita la hierba, se retuercen contentas las lombrices y el aire sopla limpio. La lluvia es el regalo generoso de una Naturaleza contenta”.
En la segunda práctica había que bajar los caracteres a 200 y sí que contaban los espacios. Era necesario comenzar con la frase “Por favor, no tocar”.
– Ana (“Impulso”): “Por favor, no tocar más esa melodía. Así el artista abandonó el escenario, rompió el violín contra la pared y exclamó ¡jamás volveré a tocar!”.
– Balbina (“Recuerdos”): “Por favor, no tocar. ¡¡Es mi baúl de los recuedos!! Es mi propia vida”.
– Jacobo (yo) (“Mala interpretación”): “<<Por favor, no tocar>> rezaba el cartel de aquel bar. La banda de músicos, frustrada, tuvo que volver a casa sin poder dar su espectáculo”.
Una vez más, gracias a las alumnas por su entusiasmo, su aplicación y todo lo que me aportan. Lo paso bárbaro con vosotras.
Publicado por Jacobo Feijóo en 13:09