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El jueves 19 de mayo, iba yo a Pamplona a presentar mi 7º trabajo discográfico, “Besos y acordes”, en El bardo escaldao. Fuí en avión desde A Coruña a Bilbao, una hora, y después en autobús a Pamplona, dos horas justas. El vuelo me costó 19’95€ y el bus 14’50€. El retorno fué igual con lo que se puede ir de copas a Bilbao por 40 pavos o a Pamplona por 70.

Lo bueno del asunto es que, saliendo de Coruña, en la puerta de embarque de Alvedro, alguien me llama:

_ Jorgito!…Y al volverme me encuentro con la pareja de la foto, Paco y Reyes, antiguos amigos, jubilados ambos, que hacen continuas escapadas aprovechando ofertas puntuales porque les encanta viajar. Allí descubrimos que vamos los tres a Bilbao y ya no nos separamos ni en el avión pues estábamos en filas consecutivas y gente amable me cambió el asiento.

La conversación cargó mucho las tintas en el pasado: donde nos conocimos, la música, Los Sombras, El Ballet Gallego, El Playa, El Leirón, El Pompón, A Coruña que vivimos, amigos comunes, etc… en resumen, nuestra adolescencia y juventud.

Compartimos también el autobús lanzadera del aeropuerto a Bilbao donde se quedaban todo el fin de semana, querían visitar el Guggenheim y la ciudad tan renovada, y yo seguía hasta Pamplona, donde cantaba el viernes 20. Nos enteramos que volvemos en el mismo vuelo el domingo 22, a la una de la tarde. Cuantas coincidencias o casualidades, ¿verdad? La misma hora, el mismo vuelo, la misma fila, el mismo destino a la ida y a la vuelta, encontrarte y viajar con antiguos amigos. Qué misterio…

Quedamos en vernos el domingo ya en la terminal. Y así fué. Nada más reencontrarnos un amable joven italiano nos hizo esta foto y entrando en el avión de vuelta le pregunté, por chiste, a la azafata:

_ ¿Es el que va a Coruña?

Me contesta que sí y le aclaro que hemos quedado para tomar los callos, cosa que escucha el comandante… y nos sentamos otra vez en asientos contiguos rumbo a A Coruña. Por el camino me dicen que tenemos un sobrino nieto común y que lo sacaron por el parecido familiar. Se trata de Isaac, hijo de mi sobrino Jaime y de Tania, sobrina a su vez de mi amigo Paco, el de la foto… Manda carallo como es la vida.

Pero la guinda fué que llegando al aeropuerto de Alvedro suena la megafonía:

_ Sres pasajeros, les habla el comandante. Estamos iniciando el descenso con 10 minutos de adelanto. Espero que el pasajero pueda tomar los callos…

Jajajajjajaj… Le dí las gracias al salir y le invité pero me dijo que tenía que comer con sus padres. Yo me di el gustazo con los callos del Galia. Mmmmmmm…