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CARTA A UNA AMIGA ESPAÑOLA (escrita a bote pronto, I)
Querida y admirada X: de entrada, la lengua. Ya ves: una vez más, soy yo quien ¨se apea de la burra¨ para que no me digas, una vez más, que soy yo el impositor, el extremista, el fundamentalista, etcétera. Soy yo el que se aviene, el que se resigna, una vez más, a hablar, a escribir en una lengua que no es la suya, porque: a) tú supones que yo estoy obligado a saberla, y, por supuesto, a hablarla contigo, pero lo contrario no; b) en efecto, al igual que lo estuvieron mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos… yo estoy obligado a saberla, desde pequeño; y c) tú no hablas la mía, a pesar de que la Constitución Española iguala, teóricamente, en rango nuestras dos lenguas junto con la lengua vasca y la catalana…
¿Por qué tú no sabes hablar mi lengua y yo sí la tuya? ¿Por qué la gente de mi país sabe hablar por lo menos dos lenguas “españolas” y la del tuyo no? Deberías preguntártelo seriamente, X -opino-, porque ahí, sintetizada está la clave para entender mucho de lo que está aconteciendo…
Tú eres una persona culta,y además sabes hablar español, francés, inglés, italiano… pero no catalán, ni vasco ni gallego… -como casi todos los españoles. (De los llamados ¨dialectos¨, tipo asturiano, tipo murciano, que yo adoro, bien puedes creerme, ya ni te cuento: incluso para los suyos, hasta su acento es un ¨horror¨, una ¨vergüenza¨, una ¨palurdez¨ campesina a erradicar, no un tesoro a conservar… Un fenómeno social que aquí conocemos muy bien, de tanto padecerlo: el autodesprecio inoculado hasta el tuétano…)
No lo tomes a mal pero creo que las respuestas a esas preguntas son:
1) porque, pese a los cuarenta años que llevamos de Monarquía Parlamentaria Española, los niños de Hispania, en general, pueden elegir otra lengua que estudiar -salvo las reconocidas por la Constitución (luego hablaremos de los gloriosos ¨suplementos literarios¨ españoles, donde a estas alturas de la película aún publican reseñas de tus/vuestros libros pero no de los míos/nuestros…); y
2) porque lo cierto es que -perdóname- a ti, en el fondo, te importa un bledo -por no decir una mierda- tanto mi lengua como el futuro de mi lengua.
Oh, sí, el gallego, la lengua de Rosalía (la única escritora, el único escritor gallego que se estudia en España) es tan bella, tan ¨dulce¨… pero -como me dijo una vez una amiga común: ¨También el latín desapareció, Xoán… ¡desaparecen tantas lenguas al año!…¨, que una más, da igual… ¿No es así?
Ahora me dirás -otro ¨clásico¨- que el gallego está muy lejos de desaparecer… Y, X, te equivocas, ay. Te equivocas tremendamente por la otra razón que está en la base de todo este embrollo, de todo este absurdo status quo…
La primera, el desinterés -como te he dicho. La segunda, la ignorancia. No tienes -como casi todos los españoles- ni la más remota idea de la situación lingüística, cultural, social de mi país. Crees que estamos viviendo una especie de ¨renacimiento lingüístico¨, cuando lo cierto es que la ¨cadena¨ (odiosa palabra, cadena, aunque podría contarte algunas cosas muy tristes, muy recientes, relacionadas con cadenas al cuello por hablar gallego…), la ¨transmisión lingüística¨ de padres a hijos se ha roto en la mayoría de los hogares de mi país, por razones, ay, que luego te explicaré…
Pero antes de seguir hablándote de esto, permíteme que te cuente lo que me ha pasado hoy.
Desde hace unos meses, he empezado a dar clases de gallego (cosa que nunca pensé que haría, pero hay crisis, muchas crisis…), y, entre los alumnos que tengo, hay uno de ¨fuera¨ (perdón: un español que no nació en Galicia).
Tras varias clases disimulando, hoy se ha ¨desahogado¨. Odia, literalmente, estudiar gallego, y, en consecuencia, odia el gallego. (¨Odio las autonomías¨, me ha dicho.)
Él no es de este país (perdón, otra vez) pero piensa, siente, que Galicia es SU país, que le pertenece (al contrario que yo, que no pienso ni siento que Andalucía, Aragón o Euskadi sean mías, y mucho menos que su futuro dependa de mí, que yo tenga algo que decir a ese respecto…). Por lo tanto, piensa, siente que el hecho de que deba aprender gallego para trabajar en SU país es ¨injusto¨, ¨anormal¨… ¿para qué? ¡Con el español nos basta y nos sobra! Piensa, siente que aquí le estamos ¨imponiendo¨ una lengua, una cultura que -no hace falta que te lo diga- antes no le importaban un carajo -y ahora sencillamente detesta…
¿Por mi culpa, X? ¿Por culpa de qué o de quién? PREGÚNTATELO, X, por favor -pues es a mía quien odia mi alumno, no a ti. Y la lengua, la cultura y, por lo tanto, el pueblo que está en vías de extinción es el mío, no el tuyo…
En eso llegó su esposo -son una pareja gay, pero sería igual si fuese cualquier otro tipo de pareja-, y, mira por dónde, da la casualidad de que él mañana se examina de gallego. Trabaja de cara al público -o sea, su deber es atender a la gente de este otro país, aunque también él cree que Galicia es SU país- y, por supuesto, estaba cabreado porque mañana ha de demostrar que es capaz de hablar con todos los clientes -incluída muchísima gente campesina, marinera… que, aunque te cueste creerlo, y pese a los más de qunientos años de represión, de humillación lingüística sufrida por tantas generaciones suyas, aún no es capaz de hablar más de cinco minutos en castellano…
Y ahora piensa un instante: si esta pareja hubiese tenido que irse a Inglaterra o a Francia a trabajar, ¿en qué idioma tendrían que manejarse? ¿En qué idioma estudian los niños en Francia e Inglaterra? En español, no, desde luego.
Pero tú me dirás: ¡Es que Galicia es MI país, y en MI país yo hablo la lengua que me sale…!
En fin… Sé que resulta casi imposible creerlo en el año 2017 de la humanidad, pero lo cierto es que si mi alumno y su compañero tuviesen una varita mágica para hacer desaparecer la lengua y la cultura gallega/catalana/vasca, lo harían sin pestañear. Igual que los chinos con los tibetanos. Igual que tú, X. ¿Igual que tú?

(Continuará)