(ALAS: Asociación por la Libertad Afectivo Sexual de A Coruña)
¿Habría que premiar a Mariano Rajoy por su gestión del acogimiento de los refugiados sirios en España?…. ALAS lo haría.
Recordemos que España se comprometió a recibir hasta 16.000 refugiados de la guerra de Siria y en todo este tiempo sólo dieron curso a la entrada de 18. Una miseria que cualifica como miserable al gobierno del PP…. y que ALAS premiaría porque… “menos es nada”.
Se supone que el Deportivo de La Coruña se ha solidarizado ya dos años con la campaña “LaLigaArcoIris” que consiste en llevar en un partido cordones con los colores de la Bandera del Orgullo Gay (lgtbi) en los botines pero nadie podrá encontrar, ni en la prensa escrita ni en las redes, la foto de un jugador deportivista luciéndolos para los medios de comunicación. Les daba tanta vergüenza que, ni locos, se prestaban a ello. El mensaje con el que el Deportivo se sumó a la campaña en su primera edición tenía menos caracteres que un tuit. Que se premie semejante cobardía es tan ridículo como querer felicitar al PP por los 18 refugiados sirios acogidos en España. Pues ese es el esperpento que hemos vivido en Coruña sólo hace unos días.
EL PEDO MÁS GORDO QUE EL CULO
El saber popular reserva esta expresión para aquellos acontecimientos entre los que existe una auténtica desproporción. El premio es tan ridículo que le resulta aplicable. Cuando se anunció que el Deportivo se sumaba a la campaña en 2015 y 2016 los artículos que lo recogían en total sumaban 134cm2, piensen que todo esto apenas suma la superficie de uno de esos minúsculos calendarios que se llevan en la billetera.
Y ¡qué gracia! para dar noticia del premio nos encontramos que se publican en total 837cm2. ¡7 veces más! En realidad el propio colectivo sabía que su historia no tenía la más mínima relevancia por eso han sido incapaces de “venderla” a otros medios de comunicación más allá del “ombliguismo” coruñés cuando, de ser merecido que un club de fútbol de la primera división española recibiese un premio de un colectivo gay (lgtbi), la noticia podría posicionarse fácilmente hasta en medios de comunicación internacionales. Rizando el rizo, resulta que uno de los artífices de la entrega del premio es Fito Ferreiro, cámara de la TVG que ha recorrido distintos países en el cumplimiento de su trabajo. Claro que la dignidad de su profesión periodística quizás la haya humillado su oportunismo político tratando de arrancar, con esta parodia de premio, unos cuantos votos a favor de su puesto de concejal por el PSOE en el ayuntamiento de A Coruña. ¿Cómo sino entender todo este despropósito?
De verdad que me hubiera gustado que hubiese una razón para otorgarle el premio a un club de fútbol de primera, más cuando estos días ¡ESPAÑA ENTERA! ha recibido la noticia de que un árbitro de fútbol de una división menor ha tenido que abandonar el arbitraje porque, desde que dijo que era gay, le hacen la vida imposible en los campos de fútbol a los que va a desarrollar su labor. Realmente la miseria intelectual del mundo del fútbol en este tema es comparable al más rancio oscurantismo de la iglesia española que aboga por la devolución de cualquier gesto de homosexualidad a las alcantarillas, tal y como acontecía en los tiempos de régimen franquista.
¿Tendremos que esperar 400 años (los mismos que tardó la iglesia en pedir perdón a Galileo Galilei) para que un jugador de la primera división se pueda permitir decir, sin miedo a ser represaliado, que es gay? Y quien dice un jugador de fútbol podría hacer mención de cualquier otro deporte de élite (baloncesto, tenis, motociclismo, automovilismo, ciclismo, balonmano, atletismo…), una lista de varios miles de personas entre las que, con toda certeza, hay decenas de gays y ni uno sólo de ellos ha encontrado un ambiente de respeto que le permita expresarse tal cual es.
Esa es la gravedad de la situación, el problema al que hay que plantar cara y a esta gente va y se le ocurre premiar una monigotada.
Jose Carlos Alonso.
A CORUÑA.
Lunes 23 de mayo de 2016.