Rubén Novo
Cuando un templo se viene abajo:
¿Sólo nos quedan sus escombros?
Gracias a la opulencia,
Gracias a la demencia,
A la casa con goteras de después.
El imperio que hemos forjado
Es parte de nosotros;
También su desmoronamiento.
Tras cada monstruo
Se oculta un gran hombre.
Tras cada mal sueño,
Un armonioso despertar.
El asesino que hoy ronda las aceras
-Ayer era poeta-
El veneno destilado en sus venas
-Fuente de dolor-
Antes manaba del pozo donde la pureza
Imponía su ley.
Cuando un templo se viene abajo:
No sólo nos quedan sus escombros.
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Dejame que te hable sobre la perdida de la belleza:
Entramos en el paraiso con la fe violada,
Pensamos a pies juntillas que no nos merecemos
La felicidad. Y destruimos aquello que realmente vale la pena.
Absurdo paso por la tierra el del esclavo,
Sus fobias noqueando toda posibilidad de esperanza.
El amor que todavia te tengo ha degenerado un poco.
La muerte y su paso por mi orilla ha decidido tumbarme.
Para no creer nunca mas en el amor que se abre paso
Entre dos tierras.
Dejame que te hable por ultima vez de cuanto te echo de menos,
Dejame intentar sobrevivir sin ti y creer en la vida.
Dejame que te hable sobre la perdida de la belleza
Sin caer tampoco en la derrota:
Te quiero PERO ESTOY YA CANSADO
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POESÍA EN EL GIM
“Deshágase de esas calorías
Que sin duda le sobran”
¡Maldita sea! Esta vez
La publicidad tiene razón.
Por eso yo, súbdito de dietinas
Que me venden la felicidad
Que me falta me muero por fumar.
Pero no, yo ahora me cuido:
Madrugo, me aseo y hasta voy al “Gim”
(gimnasio de toda la vida)
Familiarizándome con la jerga
De un moderno modo de vida,
Para que no me llamen frikie,
Para que me acepten,
Para ser uno más.
Incluso apenas me drogo,
La plantina que tanta vidilla me daba
Terminó por plantarme sin más.
Rehabilitación, se acerca un monitor.
No deseo sus indicaciones,
Tan sólo salir de aquí.
Ir por los bares, los suburbios;
Donde se vive un poco.
Me canso, me agobio,
¡Necesito salir de aquí!
Y apareces junto a mí:
Deslenguada, despeinada y hermosa.
Se me ocurre reina
Un excitante modo
De adelgazar.
Entonces me encuentro mejor,
Mucho más cómodo en tu colchón.
Descargando la huevada colapsada
Por una soledad que me sobra.
Y al final al fin me doy cuenta:
¡Qué le den por culo al “GIM!
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Matices que os escondéis
Tras conceptos inexorables,
¿Dónde habéis metido a la perfección
del pensamiento?
Yo-ignorante de mi-
Escribo bajo una máscara sapiencial
Que nunca alcanza la clarividencia.
Y abandono tú búsqueda,
Y reniego de tú verdad.
El ojo que todo lo ve
Clavándose ingénito
En la subjetividad.
Ya no creo en palabrería,
No creo en justicia
Ni en solemnidad.
Cada discurso, cada salmo;
Encubre una trama.
¿No os parece terrible tal vulnerabilidad?
Nuestro potencial maniatado
Por una moral que creemos indispensable
Clama a gritos libertad.
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