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thesedaysfeb14

 

ONE OF THESE DAYS & Thee Heavy Random Tone Colour Lab:

Diego Veiga: guitarra, voz

Joaquim Conejos “Joki”: bajo

Fernando Vilaboy: teclados

José M. Martínez “Bonham”: batería

A PEACEFUL NACHT IN HELL (in four movements):

1st movement: The word or instructions for taking opium in a roof

2nd movement: Easier if you play blind

3rd movement: Nexus 2C Beautiful things (Includings gurls & chloroform)

4th movement: Further than U can imagine

5 Conxuro (A peaceful nacht in hell)

 

La banda coruñesa de rock progresivo debuta en la escena con un preciosista y ambicioso álbum de estudio en inglés cuya calidad está por encima de toda discusión. Los cuatro componentes cuentan con un amplio bagaje en el mundo de la música tras su paso por diversos grupos y arriesgan con un disco que no es apto para todos los oidos, por lo menos no para los no acostumbrados a lidiar con el rock sinfónico o, progresivo, caracterizado principalmente, como heredero natural de las fuentes clásicas, por concebir la obra como un todo con un motivo central que se repite y/o desarrolla en las diferentes partes de la misma y también por incorporar instrumentos propios de la música clásica. En la etiqueta “sinfónico” tienen cabida grupos tan dispares como Pink Floyd, Camel, King Crimson, Emerson Lake and Palmer, Marillion, Genesis, Dream Theater o Deep Purple. Entre finales de los sesenta y principios de los setenta el progresivo fue incorporando, además, elementos propios de la psicodelia que cristalizaban en un sonido complejo y abrumador y que poco a poco depuró en los años posteriores hasta llegar a comercializarse para el gran público. One of these days, que por cierto toma su nombre del primer corte del álbum de Pink Floyd “Meddle”, se ha decidido por lo más espeso del género, frente a otros grupos que acabaron cediendo a lo comercial y adaptando sus composiciones a los oídos más profanos (no hay más que recordar el exitosísimo “Eye in the sky” de los Alan Parsons Project, por poner un ejemplo), en aras de recuperar los sonidos más característicos de los años gloriosos de la psicodelia setentera: pocos temas y larguísimos (entre ocho y doce minutos), intros eternas, sonidos ajenos a lo musical, conversaciones de fondo, mucho melotrón, etc.

Lo primero que destaca es la labor compositiva: no estamos ante un trabajo a base de MI-LA-SI (que los hay excelentes, por cierto), sino ante un ejercicio de composición muy complejo y lleno de giros dramáticos, de hecho se necesitará más de una audición para cogerle el punto, ya no digo intentar buscar una estructura. En segundo lugar, son dignos de destacar los arreglos, que rayan el barroquismo por la acumulación de elementos en algún momento: instrumentación, efectos de sonido, progresión de notas, doblado de voces, hasta me pareció oír una guitarrita española en algún momento… Ahí es donde más se dejan ver las influencias: los coros son primos hermanos de los de algunos discos de Alan Parsons, “I robot”, sobre todo, el segundo y tercer movimiento pertenecen sin duda al Pink Floyd de la primera época (“Atom her mother”, “Meddle”, etc) y en ciertos momentos se ven influencias de los Liquid Tension Experiment (“Acid rain”), entre otros. Los propios componentes de la banda señalan otras influencias, como la de King Crimson o Deep Purple. Incluso hay algún toque que recuerda a “Penny Lane” en la sección de viento-metal, el músico que no tenga alguna influencia de los Beatles está en el mundo por estar, ya se sabe. El disco entero es una especie de totum revolutum que homenajea a lo más granado del sinfónico de los setenta. Buen tratamiento de los ritmos, acelerándose en el momento preciso y marcando muy bien las partes de cada tema, a destacar el importante papel de los teclados en todas sus variantes sin desmerecer por supuesto al resto de la banda, que también es excelente. Pero claro, el sinfónico es el medio natural de los teclados, no lo olvidemos. Brutal también la batería en bastantes momentos.

La producción es impecable. Grabado en los estudios del propio baterista Bonham y en directo, tiene un sonido rotundo, incluso en la versión en mp3. El grupo ha optado por no sacar copia en formato CD, sino en vinilo, que viene muy completo y con una carátula muy original obra de la artista Iria Rodríguez. También hay, como señalaba antes, una versión en mp3 disponible en www.verkami.com.

En fin, los no iniciados pensarán al escucharlo que se les ha quedado atragantado un ladrillo en el gañote y que definitivamente no les va a servir como politono en el móvil. Los seguidores del sinfónico lo recibirán (recibiremos) con albricias, probablemente, pues mejora con cada audición y supone toda una novedad dentro de un panorama dominado por los tres acordes y las cinco notas.

Ana Vázquez Villareal.