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6 de abril a las 9:01 ·

 MI MADRINA SOFÍA, 6 de abril de 2017

Mi tía paterna, Sofía García-Mares Sánchez, la mayor de cuatro hermanos, fue mi madrina de rebote dado que me confesó, varias veces para mi disgusto, que su preferido era mi hermano Carlos, por el que babeaba. Pero como no pudo ser, pues que pase el siguiente y adjudicado el ahijado.

Poseía fuerte carácter y era difícil de tratar pero también tenía sus ocurrencias, un caniche blanco al que le daba órdenes en inglés, y solía llevar gorro o sombrero. Algunos la daban por loca porque fantaseaba mucho y presumía de vena artística. Escribía, publicó varios libros menores, y sobre todo pintaba.

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Vivía en la calle Calvo Sotelo, frente a la Compañía de María, con mi tío Felipe, que era militar. Me impresionaba la pistola que desmontaba y limpiaba con esmero. Tuvo una única hija, mi prima Reyes, y un estudio/taller en un ático de la calle Santiago de la Iglesia, donde daba clases de pintura.

Me utilizó como modelo en muchas ocasiones, desde los cinco añitos del dibujo a pastel hasta el óleo de mis veintimuchos. Lo hizo en León, adonde se fue a vivir por consejo médico, ya que tenía problemas respiratorios y le aconsejaron clima más seco.

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Fui algunos fines de semana a León en un Mini 1000 rojo con techo negro escuchando a Bob Dylan, en uno de aquellos cartuchos grandes que no había que rebobinar, y me lo traje puesto.

Corría el año 1979 y me gusta especialmente que exageró casi hasta la caricatura algunos rasgos para destacar como me veía ella: Pelo, morro y ojos.

No digo yo que no

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LA SOLANA, 12 de abril de 2017

En La Solana, en el 66, con mi hermano Chelis y mi primo Piño Moreau. Estamos en el trampolín de dos niveles con dos palancas a media altura y una plataforma superior de hormigón a 4m. Estaba restringido su uso a mediodía para evitar accidentes con los bañistas en las horas punta. Alguno hubo. Le reventaron el hígado con el impacto a un bañista. Pocos se tiraban desde arriba y daba gusto ver a Alberto, el policía, hacer “el angel” o “la carpa”… Mi numerito era “el fruto” y consistía en colgarme en la palanca por la punta de los pies y entrar en el agua de cabeza cuando ya estaba “maduro”.

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En la segunda foto, desde el Hotel Finisterre se aprecia el trampolín exterior que no tenía restricción horaria, excepto por la marea, y el chorro de la bomba que surtía a la piscina de agua salada y con el que jugábamos a menudo, cual “jacuzzi”, sobre todo cuando la estaban llenando después de limpiarla y Juan, el encargado, nos llamaba la atención. No había socorrista, sólo algún flotador en la pared, ni lavapiés, ni gorro, ni norma de ducharse antes de sumergirse.

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Nadaba con Carlos Bremón, Juan Angel García, Cristina Leirachá, los Ramírez, etc, en el Club Natación Coruña, a las órdenes de D. Julio Sar, en una piscina de 33’33m de agua salada y sin climatizar. Hacía dos largos buceando… Nos conocíamos casi todos y conservo amistades de esa época pero algunos, por desgracia, ya no están.Yo la recuerdo en color con mis hermanos, Nena y Chelis y con bancadas y respaldos de madera.

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Iba y volvía de Puerta Real a Monelos en aquellos trolebuses azules y amarillos de dos pisos. Javier Ferreiro, Marisa Rubín, Mariló, Rafa Montero, José Carlos, Alberto Garcés, Javier Castrillón, “Guti”, Mario de Diego, eran de la pandilla. Para trastear íbamos nadando hasta el “Gerión”, un barco aljibe fondeado a poca distancia o nos empapábamos en guerras de botes del Náutico que achicábamos en la playa del Parrote. Alberto “el policía” y Ceci, Alfonso Durán, Isa y Techi, Manolecho Malde, Mon y Jun Vasco, las parrochitas y los pimientos de Padrón en “O Tolete”… y tantos recuerdos.

También recuerdo el primer bikini. Lo llevaba una turista francesa alojada en el hotel. Era blanco, muy discreto, y Juan, el vigilante, la hizo retirarse… En la pared un rótulo decía: “Prohibido sentirse
efusivos”.

Una de la época:

Les Surfs – Tú serás mi baby (Be my baby)

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DE CORBATA, 19 de abril de 2017

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Mis padres me la ponían para las fotos del carnet de Familia Numerosa. En Maristas te la exigían en los últimos cursos y para las fotos de grupo, pero que me maten si sé por qué estoy de corbata en los jardines de Méndez Núñez ¿cómo no?. Supongo que, para ligar en el “centro”, los de barrio nos poníamos de gala… Jejejej… También podría ser para poder pasar al cine de mayores… Pero no lo creo dada la compañía.

Esa misma chaqueta bléiser de paño azul y cruzada, de cuatro botones dorados, la llevé un día al colegio, Maristas, porque a la salida me tenía que hacer unas fotos familiares. Pues a “Paquete”, así le llamábamos al profe de Mate, que era de Culleredo y del Manchéster de su pueblo, le pareció una provocación:

_ Viene usted muy guapo hoy!

Y me hizo salir al encerado o pizarra a resolver unos problemas mientras me vacilaba por mi imagen y me llenaba de tiza con sus manos o el borrador. Abuso? Acoso? Humillación? Ahí lo dejo. Encima después tuve bronca con mis padres.

Volviendo a la foto me resulta extraña porque nos asocio con juegos y aventuras en la Estación del Norte, pero así vestidos y tan serios se me hace raro y me sugiere pensar en un fin de ciclo, un cambio vital, hormonal y de perspectivas del que no era consciente. Ley de vida.

Corría el año 1965 y ahí estamos de izquierda a derecha de pie, Miguel Cedrón Candal, yo y Eduardo López Rodríguez. Agachados, mi hermano Chelís y Manuel Rioboo Fernández, en una pose geométrica y deportiva tal cual equipo profesional.

Quince años tiene mi amor-Dúo Dinámico