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 MUJERES, 9 de marzo de 2018

Ayer, 8 de marzo de 2018, fui testigo de un hecho histórico: La mayor manifestación transversal realizada en mi ciudad, A Coruña, que me recuerda tiempos gloriosos. Qué gusto da ver defendiendo la igualdad a estudiantes, jóvenes, gente madura, hombres y mujeres, todos juntos en la demanda de un cambio económico y social que tendrá respuesta por la fuerza que demuestra y la justicia que la sostiene.

Nada será igual. La mayoría silenciada durante siglos, como el proletariado en el siglo XX, ha decidido hablar en la calle porque las instituciones la ignoran. En muchísimas ciudades de España y del mundo se visualizó la unión en el objetivo: el fin de la desigualdad en todos los aspectos, salario, carrera laboral, tareas domésticas, cuidado de los hijos, ocio, deporte, milicia y policía, malos tratos, violencia física y sexual, acoso, machismo…

Conciencia de clase, oprimida y explotada, que ha dicho basta al silencio y al ninguneo tipo: “No nos metamos en eso”. (Mariano Rajoy). Cobrando menos que un hombre por hacer el mismo trabajo, sin acceso a los puestos directivos, con peores pensiones, dificultades para conciliar, escasas ayudas a la dependencia y a la maternidad, rayando en la explotación de mano de obra barata y sumisa.

Podemos y debemos hacerlo mejor. Rodeado de gente bien tratada, satisfecha y valorada se vive más feliz. Son más del 50% de la población mundial y su contribución al bienestar de la sociedad es innegable. Es de justicia reconocer el trabajo de la mujer como madre, compañera y abuela a mayores de su carrera profesional. Además son más sensibles, delicadas, tiernas, cariñosas, empáticas, tenaces, sufridas…

Se respiran nuevos tiempos. Ayer las mujeres rompieron su silencio y los pensionistas ya no se callan… Vamos sumando. #acabaremosaprendiendo

https://youtu.be/xfTtUxyjOaE ✍️

(Foto portada cortesía da Vox da Galiza.)