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Un verano, tomé la firme decisión de encontrar trabajo, inmediatamente. Que el
mercado laboral esté difícil no quiere decir que esté imposible, y así, con esa mentalidad
de triunfador, preparé una lista de empresas de trabajo temporal, aún a sabiendas de que
el Gobierno Socio-Listo les ha dado carta blanca para hacer con los trabajadores lo que
les de la real gana, explotándolos a conciencia mediante tapujos, triquiñuelas legales y
lo que se cuadre.
Así que he enviado 17 Currículums Vitae a sendas empresas de trabajo temporal. Me ha
llamado inmediatamente una de ellas. Lo consideraré un triunfo; ¿Un triunfo? ¡Já!
Menudo triunfo he conseguido, y menudo triunfador estoy hecho yo…
MecitanenunaEttquepresumedeunasupuesta“AltaGestión”,yallíunasolterona
amargada que parece la Señorita Rottenmeyer de los dibujos de Heidi, me explica que
tengo que hacer la parte en idioma Inglés de la página web oficial de la Universidade da
Coruña, y me ha hecho dos exámenes, uno de diseño web y el otro de la lengua de
Shakespeare. Me felicita, sí, pero mientras me felicita, noto que al darme para firmar el
contrato en el apartado de labor a efectuar la Señorita Rottenmeier ha especificado una
supuesta labor de, al parecer, “Introducción de datos en el ordenador”, y por tanto, la
categoría laboral correspondiente será, de acuerdo con esa “anomalía”, o “error”, o
“equivocación”, o “descuido”, o “falta de atención”, la de mecanógrafo: ¡500 PESETAS
LA HORA! (3€/h.), incluyendo las vacaciones (las vacaciones que no tendré), y la
patada en el culo (Que sí que tendré), cuando ya no puedan chuparme más la sangre, esa
sí que la tengo asegurada. Tengo que comulgar con ruedas de molino, y aunque le haría
comer esa mierda de contrato con patatas, mi madre me ha pedido que sea
condescendiente, hay que tener en cuenta que sigue atemorizada por ese fascismo que se
ha metido hasta en la médula de los españoles. Esa zorra de la Señorita Rottenmeier,
porque no se me ocurre ningún otro animal del catálogo de la fauna al que pueda
parecerse, me va a hacer trabajar como traductor y como diseñador web, a cambio de un
sueldo de mecanógrafo… Menuda “Alta Gestión” de pacotilla… Ahora me explico bien
el funcionamiento, la idiosincrasia y la misión de las ETT´s, presuman o no de esa
supuesta y pretendida “Alta Gestión”: La finalidad de esa alardeada “Alta Gestión” no
es más que proporcionar a los empresarios, e incluso a las instituciones públicas como
la Universidad, es decir, a instituciones propiedad de todos, y no de una secta
destructiva y acaparadora, mano de obra barata a precio de saldo, precio de saldo
conseguido obligando al trabajador a bajarse los pantalones y comulgar con ruedas de
molino si quiere llevar un sueldo a su casa. Esa es la verdadera misión de las ETTs, sin
reparar en escrúpulos, formas, o, en general, cualquier tontería que les impida
proporcionar al empresariado mano de obra barata, aprovechándose de la situación de
necesidad de muchas familias en apuros, es decir, la explotación capitalista más salvaje,
pura y dura. O de sempre. Voy a tener que realizar un trabajo técnico, especializado,
arduo y complicado, para el cual tuve que quemarme las pestañas muchas horas, y voy a
cobrar una puta miseria. Trabajaré como un Europeo, cobraré y seré tratado como un
africano, es decir, he caído en las garras de unos negreros por una parte, y de unos
fanáticos san-turrones, meapilas, reprimidos sexuales, y con una ideología y una visión
del mundo tan desfasada como trasnochada. Hay que joderse, hay que resignarse. ¿Hay
que resignarse? ¿Voy a dejarme explotar vilmente por una panda de sinvergüenzas
manipuladores y farsantes que se dedican a jugar con el pan de los honrados
trabajadores? ¿Voy a callarme? ¿Voy a tragar y ser sumiso? ¿Es que no me conocen…?
Bueno, pues voy el primer día a trabajar en el Magnífico Rectorado de la Ilustrísima
Universidade da Coruña, con toda la ilusión del mundo, como es debido. Hasta me
encuentro a antiguos compañer@s de la primera promoción de la Escuela de
Informática, pero resulta que están allí fijos y en plantilla como funcionarios, no por sus
méritos, su preclara inteligencia, o sus muchas horas de estudio. Resulta que tienen en
común, tanto compañer@s del instituto como compañer@s de la Escuela de
Informática, simple y llanamente, por pertenecer a una secta diabólica y destructiva que
pretende conjugar, misión imposible, las enseñanzas de nuestro señor Jesucristo que en
los cielos está, con las enseñanzas y doctrinas del Capitalismo más salvaje, despiadado e
inmisericorde; es decir, son, sencillamente, enchufados, pero enchufados por una secta
ridícula, absorbente y destructiva, sobre la cual un profesional debería escribir un libro y
no un aficionado un artículo modesto como éste.
Seguiremos con el culebrón la semana que viene…, o a lo mejor, antes.
Tony O´Hara