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¿Y por qué no?

El debate surge. Y no sólo en nuestro país. Pero los que lo han hecho surgir se ponen corbata. Es un sector ante el que no se puede mirar hacia otro lado, porque está ahí. Sin plantas a la vista, o pósters de Bob Marley. Simplemente, con libros de Derecho. No se trata de hippies y revolucionarios sesenteros, sino de administrativos y letrados. De los 1.200 clubes y cientos de miles de afiliados en España, de entre unos cuatro millones de aficionados. De los 1.300 de euros movidos al año. O de la perspectiva futura que se ve a una prohibición descabellada y absurda. Es algo más que el debate sobre legalización o prohibición. Es el debate entre progreso y modernidad o retroceso y antigüedad. Entre reconocer la realidad social, o intentar negarla y reprimirla. Quieren trasladar la reivindicación a los despachos, lo que consideran más justo. Por supuesto, el único partido político que se opone a sus intenciones es, naturalmente, el PP. Pero los datos no dejan lugar a dudas. Expusimos algunos arriba, pero los reflejaremos más concretamente, porque son razones de peso en el debate abierto:

  • 000.000 de aficionados
  • 800 a 1.000 clubes sociales funcionando
  • Cientos de miles de afiliados
  • 200 tiendas de cultivo abiertas
  • 300 millones de € al año
  • 90% de producción de toda la venta en Europa
  • Etcétera…

Como se ve, es algo más que una campaña de un grupo de hippies. Abarca algo más que eso. Sus consecuencias alcanzan algo más que una pequeña afición recreativa. Y se trata de algo más que un paso simbólico. Se trata de un auténtico movimiento social, tendente a una profunda reforma, cuyo verdadero alcance traería repercusiones insospechadas. Y todas positivas.

Las sentencias del Tribunal Supremo no dejan lugar a dudas: Cultivar una modesta cantidad de marihuana  casera para surtir el autoconsumo no es ninguna clase de delito, siempre y cuando se guarde la discreción oportuna. En ese resquicio legal, cae de parte del enjuiciador considerar si se trata de autoconsumo o de ánimo de lucro, pero normalmente, poseer menos de 25 gramos de marihuana consigo, es considerado autoconsumo. Y puesto que ese autoconsumo está reconocido, debe ser regulado y normativizado. No se trata de legalización, se trata de regularización.

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El abogado Bernardo Soriano, miembro de Regulación Responsable (RR), es la cara legal de esta lucha por la regularización. Pertenece a un bufete que con la evolución de los tiempos, se ha especializado en asuntos relacionados con la legalización y la regulación. Representando a toda clase de personas, desea relacionarse con todo tipo de personas: políticos, funcionarios y autoridades sanitarias.

Bernardo Morcillo es portavoz del Partido Cannábico. Consiguió la legalización de los Clubes Sociales de Consumo, después tumbada por el Tribunal Constitucional, que los ha dejado en un limbo jurídico.

Ambos pretenden dialogar con dos instituciones públicas y una privada: El Plan Nacional contra las Drogas, y la Agencia Española del Medicamento, por una parte, y la Fundación de Ayuda a la Drogadicción, por la otra.

salud

Carola Pérez, portavoz de la asociación “Dos Emociones”, también está involucrada en la lucha. Representa a los consumidores terapéuticos, que son muchos y desean ser reconocidos. Los activistas tradicionales de la vieja guardia están representados por la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC), fueron los pioneros que primero emprendieron la lucha por la legalización y regulación.

En el programa redactado por Regulación Responsable (RR), recoge cuatro pasos:

  1. Regular el autoconsumo de una manera clara.
  2. Legalizar los clubes sociales, deslegalizados por el Constitucional el verano pasado.
  3. Regulación con licencias e impuestos de la producción, manufactura y venta al detalle.
  4. Acceso terapéutico desde la Seguridad Social.
  5. Financiación con lo recaudado de campañas preventivas.
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Marihuana en Granada.

¿Por qué la marihuana de Granada es la mejor de España?

Ardua pregunta. En Granada hay apagones eléctricos generalizados por el consumo de energía para los múltiples criaderos que hay. La marihuana de Granada tiene fama europea, probablemente por la calidad obtenida ante la excepcional pureza del agua que viene de las cumbres de Sierra Nevada. Pero toda Granada huele a marihuana. El dato corroborado por las fuerzas de seguridad asegura que Granada es una de las mayores productoras de toda Europa. Un vecino de Atarfe envió una carta a un periódico local quejándose del fuerte olor que hay en las calles de ese pueblo, que obliga casi a cerrar las ventanas. La propia Brigada de Policía Judicial asegura haber intervenido plantaciones ilegales debido al fuerte olor desprendido, ya no solo por un consumo eléctrico desproporcionado. Recientemente, debido a ese fuerte olor, intervinieron ocho kgs de cogollos, en una plantación en uno de los muchos pisos de la zona norte, con 25 lámparas halógenas de alta intensidad, 25 balastros eléctricos, y 4 aparatos de aire acondicionado enganchados ilegalmente a la red. El propio y famoso juez de menores Emilio Calatayud achaca esta abundancia y calidad a la pureza del agua granadina. Los plantadores se aprovechan de las lagunas que deja la legislación española. El consumo no está penalizado, tal vez sujeto a multas en algunos ayuntamientos, por lo que tampoco está penalizado “de facto” el cultivo de pequeñas cantidades caseras. Existen muchas empresas que venden no solo semillas, sino también artefactos necesarios, o manuales de instrucciones, es decir, todo lo necesario. Una actividad que se está desarrollando, y que no debe permanecer más tiempo en las catacumbas, ante los evidentes beneficios recreativos, terapéuticos y económicos que podría generar reconocido y bien normativizado y gestionado. Podemos quedarnos esperando y viendo, pero también podemos tomar iniciativas y hacer que el futuro llegue antes… Nos vamos a Granada! Un saludo.

Tony O´Hara

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