Formulario de acceso protexido por Login Lockdown
3 de outubro ás 05:43

  · 

A los mapas políticos de los Estados, que tantas veces se han construido al margen de las fronteras naturales y culturales, y que tanto han ayudado a los poderes coloniales en el pasado -aniquilando cualquier rastro étnico-, se les llama ‘políticos’ por algo: por ser el resultado de las trampas y los empujones, de los reales cuernos y los regios matrimonios (habitualmente forzados), de las compras y las ventas, de las guerras y de las claudicaciones, de las transacciones y los engaños, de una élite (habitualmente masculina) ostentadora de poder; de los nobles y de los reyes y de aquellos a los que han debido favores y a los que han dejado algo a deber, que han trapicheado con líneas imaginarias que han dividido mares y cordilleras, y que siempre y únicamente han respondido a sus intereses, pero para el logro de los cuales han necesitado de su pueblo, casi siempre batallante y sufriente.
Y es que el hacer nuestras sus mierdas, y el hacer nuestra la defensa de sus intereses (siendo el que nos dé de comer lo único que a los pobres nos debiera interesar de la tierra), es el mayor logro histórico de las oligarquías, porque es la lucha que nos es más ajena. Los nacionalismos que redundan en las fronteras ya consagradas e institucionalizadas gracias a nuestros dolores y bajo su mirada indiferente -otra cosita son aquéllos que quieren romper con esas herencias, porque son revolucionarios-, son una trampa, amiguis.
No debemos caer en ellas: no son nuestra lucha porque nunca lo han debido ser, al igual que nunca han sido nuestras esas segundas residencias que hordas de pobres parecen insistir en okupar, pero que tanto defendemos, muy enfadados, como si nosotros no pudiéramos, en cualquier momento, perder nuestro único techo por quítame allá esa especulación (que es la nueva colonización y usurpación de espacios).
No nos dejemos deslumbrar con toneladas de muy chillonas y horteras banderinchis.
Nuestra lucha debe ser horizontal, nunca vertical. Está en otros espacios y al lado de otras gentes, menos ajenas, más humanas, menos raras, y con otros fines, más elevados, menos cutres, menos rancios.