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España en el siglo XIX era un país salvaje, indómito, peligroso, impredecible, atrasado e ignorante. Es decir, lo mismo que ahora. Pero, ante la explosión del Romanticismo desatada con la trifulca provocada con el estreno de la obra “Hernani” de Víctor Hugo en un teatro de París entre partidarios de las nuevas ideas románticas y sus detractores, España era para los Románticos de toda Europa un paraíso atractivo en el cual poder escapar de la rutina, el tedio burgués, y vivir aventuras insospechadas, con gitanos, bandoleros, carlistas, inquisidores y demás fauna que poblaba un país atrasado, agrícola y analfabeto. El “culpable” de haber puesto de moda a España como país romántico (Romántico desde fuera, porque vivir en él debía ser todavía más insufrible que hoy en día) fue George Borrow.

George Borrow, (Jorgito el Inglés) se había criado en la campiña inglesa, conocía treinta y cinco idiomas del Punjab hindú, dominaba los caballos, entre los que había crecido, y había convivido desde jovencito con gitanos ingleses. Cuando fue comisionado por la Sociedad Evangélica de Londres para difundir la Biblia de Lutero en la Católica España, bajó del barco en A Coruña con 2.000 ejemplares. Se compró dos burras y las cargó con los libros. Pero en el puente del Río Tambre en Sigüeiro fue atracado y despojado de absolutamente todo (Hasta la ropa). Cuando llegó a Santiago, fue encarcelado por la Santa Inquisición por impío. Este inicio desalentador no lo desanimó, debido a su fuerte fé luterana y a la excitación ante lo nuevo provocada por su curiosidad antropológica. Naturalmente, todos los católicos españoles le dieron la espalda, pero no todos los Españoles, porque se dio cuenta muy bien de que el pueblo gitano no sólo estaba absolutamente marginado y analfabeto, sino incluso olvidado por la propia Iglesia Católica.  Borrow no sólo esparció la palabra de Lutero entre los gitanos, sino que incluso, siguiendo las enseñanzas de Lutero, tradujo la Biblia al Caló (Idioma gitano español) para conseguir la directriz luterana de que cada cristiano leyese la Biblia en su propio idioma para poder interpretarla de acuerdo a su propia conciencia, y no de acuerdo a la doctrina oficial Católica basada en la infabilidad papal. Y no solo eso, sino que incluso elaboró la primera gramática oficial del Romaní, estableciendo el idioma oficial gitano, con sus reglas, gramática, sintaxis y vocabulario. Una obra insospechadamente inmensa, pero que no quedó ahí, puesto que, al regresar a Inglaterra, escribió sus viajes por España en “La biblia en España” (The Bible in Spain, or the Journey, Adventures, and Imprisonment of an Englishman in an Attempt to Circulate the Scriptures in the Peninsula) que pretendía ser un informe de sus andanzas, pero se convirtió en el libro de moda entre los románticos europeos, puesto que pintaba a España como un país exótico, atrasado, lleno de aventuras. Baste decir que conoció personalmente a José María El Tempranillo, famoso bandolero, y que el personaje de D. José, el oficial que pierde la cabeza por las faldas de Carmen la Gitana de Merimée, fue un personaje real que el propio Merimée sacó de las páginas del libro de Borrow, el libro de literatura de viajes por antonomasia el Romanticismo Europeo, cuando cruzar los Pirineos era exponerse a la aventura y a lo incierto. Se puede decir que la propia Carmen la Gitana fue una inspiración sacada de la obra de Borrow. Merimée, Victor Hugo y muchos más, aprendieron a amar a España en las páginas de “Don Jorgito El Inglés”.

Tony O´Hara.
 George Borrow.