Saltando del escenario al público, tirando cables y subiendo ‘faders’, micro en mano, aporreando la batería, en medio de un ‘pogo’. Un documental retrata las aristas de una escena musical en la que no es que no haya mujeres: es que no se habla de ellas.
SARA CALVO TARANCÓN
MADRID.— This is happening without your permission, esto está pasando sin tu permiso, cantan las Huggy Bear, una de las bandas emblemas del movimiento riot grrrl, una ola global que marcó la escena musical de los noventa y de la que hoy muchas se sienten herederas de ese legado que trascendió los escenarios para volverse muy político. Las mujeres, por fin, ocuparon espacios prohibidos, metieron el cuerpo en el hardcore y el punk, unos estilos que coincidían con sus reivindicaciones de romper con todo lo que les había sido impuesto por el reinado androcentrista.
Jose Manuel Sebastián, periodista de Radio3, define el punk como un puñetazo en la mesa.Ahora ese golpe lo da un documental que toma el pulso a la escena femenina para que nadie olvide que existe. Sus autoras se sienten herederas de Bikini Kill y el resto de bandas en las que las chicas tomaban la palabra y no pedían permiso a nadie. Ana Martínez, Esther Galván, Marina López, y Carolina Herrero firman este documental, que estrena Verkami esta semana y al que han llamado Sin tu permiso: Nosotras en la escena hardcore y punk estatatal.
“Sin tu permiso va dedicado para todas esas mujeres que siguen en esa escena aunque no sea la suya”, de entrada, y aunque muchos se olviden de que están.
El título cada vez les gusta más, “hemos tenido que aguantar que la gente se acerque a darnos el visto bueno, su aprobación y tiene que quedar claro que no vamos a pedir permiso a nadie para hacerlo, lo vamos a hacer igualmente, te parezca lo que te parezca”. Sobre todo han sido hombres, haciendo gala del concepto inglés del mansplaining: Ese momento en el que un hombre viene y te explica algo, obviando que quizá tú sepas más que él sobre el tema, algo que le ha pasado a la autora Rebecca Solnit y que explica en su ensayo, Men explain things to me.
Este documental reivindica la figura femenina en ese acto social y político que es la música. Hay buenas técnicas de sonido, cantantes, guitarristas, incluso mujeres en el público bailando aunque a muchos se les olvide. Todas ellas son las protagonistas. “Sin tu permiso va dedicado para todas esas mujeres que siguen en esa escena aunque no sea la suya”, de entrada, y aunque muchos se olviden de que están.
Precisamente el revulsivo para que estas cuatro amigas, que vienen de las ramas del audiovisual, la sociología y los estudios de género, se pusieran a grabar un documental con una cámara y un micro de corbata, fue cuando vieron que en la inmensa mayoría de documentales sobre el punk no aparecía una sola mujer, “ni siquiera en una esquina del escenario”. Solo está retratada la mitad de la población del mundo y pocos parecen inmutarse.
“El miedo que tienen las mujeres a exponerse es un vicio patriarcal”
“Muchos se sorprenden al ver el tráiler porque solo hay chicas hablando y haciendo punk, y no están acostumbrados. Esto es algo político, pedagógico y por supuesto tratamos de no guetificar” pero sí deseguir feminizando el hardcore y el punk, relata Marina. “No todas las bandas que entrevistamos se consideran feministas”, añade Carolina, aunque lo son sin saberlo porque siguen teniendo que pelear para ganarse su espacio. Como hacían las pioneras riot grrrl.
Kathleen Hanna y el ‘Smells like teen spirit’
En ese apartado de canciones que nacieron de una anécdota debería estar la primera elSmells like teen spirit de Nirvana. Cuenta la leyenda que Kathleen Hanna, una de las fundadoras de Bikini Kill —gran exponente del movimiento riot— junto a Tobi Vail y Kathi Wilcox allá por 1990 cuando eran veinteañeras, era amiga de Dave Grohl, batería por aquel entonces de Nirvana y frontman hoy de Foo Fighters. Un buen día, a Kathleen le dio por escribir en la pared del salón Kurt smells like teen spirit y de ahí sacó el líder de Nirvana el nombre de su single más conocido.
Precisamente las Bikini Kill fueron una pieza clave en el rompecabezas de la liberación punk femenina pero son de los pocos nombres que resaltan. “Faltan referentes, es obvio; que haya chicas no significa que existan las suficientes o un número similar al de las bandas de hombres”, avisa Carolina, y Ana lo justifica: “El miedo que tienen las mujeres a exponerse es un vicio patriarcal”.
“Te lo estás perdiendo”
“Nos sigue llamando la atención que la gente vea documentales o que vaya a festivales en los que no salen casi mujeres”. ¿Cómo puede ser que no te rechine que el 50% de la población esté invisibilizada en tantos ámbitos? Esa pregunta orbita alrededor de Sin tu permiso.“Es que te lo estás perdiendo”, apremia Marina, y recuerda esa frase de Troika: Etiquetas,somos un grupo de punk“. Y muchos de ellos aparecen en este documental que se estrenará la próxima primavera con un aviso: “Nosotras no nos inventamos nada, solo ponemos el foco —y la cámara— en la esquina a la que no querías mirar”.
La ‘playlist’ de Sin tu permiso
Bikini Kill: Double Dare ya
X-Ray Spex: Oh Bondage! Up Yours!
7 Year Bitch: Dead men don’t rape
Bratmobile: Cool Schmool
Sleater-Kinney: #1 Must Have
Vulpes: Me gusta ser una zorra
Wanda: Hombre blanco
Cnidari: Jo m’alce
Troika: Etiquetas
BALA: Human Flesh