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  • Suiza, Bélgica y Luxemburgo son ejemplos que podría seguir España
  • Los españoles deberían considerar todos los idiomas como propios
  • “Los madrileños deberían estar orgullosos de conocer otras lenguas”

La revista económica británica The Economist reflexiona sobre los problemas actuales de España con las diferentes lenguas. Y propone que para que Cataluña (y otras regiones) sigan permaneciendo en España, se establezca que el catalán, euskera y gallego sean idiomas no solo regionales, sino de todos los españoles. El multilingüismo como solución, al estilo de Suiza o Luxemburgo

Es más, The Economist cree que el conocimiento de todas las lenguas que se hablan en España debería ser prioritario. “Si la unión quiere continuar sin problemas, España necesita no solo multilingüismo, necesita multilingüismo entusiasta. Los castellanoparlantes de Madrid o Málaga deberían estar orgullosos de aprender los otros idiomas de su país”.

Controversia y confusión

En este sentido recuerda que, actualmente, suele haber dos quejas sobre el tema en Cataluña. Por un lado, los que dicen que el catalán no es ni siquiera un idioma, “algo imposible de justificar”. Por otro, que el Estado ha dado a Cataluña cada vez más privilegios en temas lingüisticos y cada vez le da más.

A esta controversia se une la confusión a la que lleva la Constitución, que dedica un artículo entero al tema de las lenguas, algo que no pasa en otros países, donde en algunos casos, como en EEUU, ni siquiera hay un idioma oficial. En España, sin embargo, hay un idioma oficial para todos y luego otros idiomas oficiales en algunas comunidades autónomas.

En este punto es donde la revista cree que se puede mirar a Europa para encontrar una solución a esta paradoja. Y para ello propone mirar a Suiza (cuatrilingüe), Bélgica y Luxemburgo (trilingües). A pesar de las diferentes situaciones en cada país, todos tienen en común una cosa: el multilingüismo en todas las lenguas nativas es considerado una obligación de todo buen ciudadano.

Resentimiento, atrevimiento y pragmatismo

En España, por el contrario, se privilegia el castellano. El multilingüismo podría acabar con el resentimiento mutuo en Cataluña, mientras que paras los más “atrevidos” quedaría el vasco; el gallego además añadiría un punto práctico al ser cercano al portugués.

Por ello pide que el Congreso de los Diputados permita hablar en todos los idiomas, como ya hace en el Senado “sin ningún desastre”, y que políticos castellanoparlantes, al igual que hace Felipe VI, utilicen de vez en cuando otros idiomas españoles.

The Economist concluye que sí, que el multilingüismo sería caro, tanto económicamente como en términos de prioridades, pero en cualquier caso sería más barato que una ruptura del país. “Y la solución más barata sería una simplemente de actitud: los españoles deberían tratar el gallego, el vasco y catalán no como lenguas regionales. Son lenguas de España, punto. Tratándolas como tal, y no como un problema sería de gran ayuda”.