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Siempre.

Siempre te he conocido,

Siempre te conozco

Y siempre te conoceré,

Pues ya antes de nacer al mundo Dios nos hizo mirarnos a los ojos para luego desaperecer y alejarnos el uno del otro hasta que,

Como estaba por el escrito,

El día que quise morir,

El día en que para ti aparecí de la nada queriendo mi vida quebrar,

Me aliviaron tus palabras

Y ya de camino al Atlántico para romper mis huesos envuelto en sus olas,

Tu pelo negro,

Nocturno,

Oscuro que nace en la noche para dar sentido al día en que vive el mundo del animal,

Me agarró cual soga al cuello

Y mi intuición me mostró

Que tenía que regresar a tu lado,

Que volver a besar tu palabra me haría entrar en razón,

Que siempre,

Dios me lo dijo,

Habíamos estado juntos

En la oración

De nuestro eterno Amor.

Volví entonces a encontrarte,

Y tú me encontraste a mí,

Y nada podrá separarnos

Si mi mirada logras resistir,

Comprender,

Recibir,

En ti,

En tu ser,

En tu cuerpo

En tu corazón.

Soy ya un alma vieja

Que su última vida va a vivir,

Acompáñame,

Compañera,

Siendo mi musa morena,

Siendo mi revelación,

La última,

La definitiva,

La que me alegrará la mirada,

El rostro

Y el corazón.

Solo tú puedes lograrlo

Musa de mi instinto animal,

Tal y como siempre ha sido,

Es,

Y siempre,

Eternamente y hasta el Fin de los Tiempos,

Si tú quieres,

Será.

A ti,Elena.

Darío Méndez.

Oscuridad,silencio,tú.

Esta es la habitación

En la que crece mi Luz,

Pues en ella yo te pienso,

Oscuridad,silencio,tú.

En ella vi el Rostro de Dios,

Mi madre me abrió las puertas

Y acabó con mi locura y mi dolor.

Entonces hablé con El,

Y el me escuchó,

Me miró,

Me besó con la Verdad.

Me amó.

Ahí comenzó todo y volví a nacer,

Despertándome a la vida,

Recuerdo,

Estaba a punto de amanecer.

Todo fué agua cristalina,

Puro resplandor,

Placer,

Cuando hice mi promesa

De ser,

Por la vida eterna,

Un buen servidor del Bien,

Amando hasta las tinieblas,

El enemigo,

Lucifer.

El me hizo comprender

Que mi vida es el servir,

Mi Don,

La palabra,

Mis pasos,

Un camino siempre por hacer.

Le pedí una buena mujer.

Me la ha concecido ya.

Esa mujer eres tú,

Mi vida,

La única a la que sé amar.

Desde que estás en mi vida,

El Diablo me dejó en paz,

No existe la tentación,

Ni el monstruo,

La mentira o el pesar,

Pues tu alegría serena

Me inunda cual vasto mar.

En esta habitación,

Repleta de historia y de gran revelación,

Solo existes tú,

Elena,

Oscuridad,

Silencio,

Luz que ilumina mi yo,

Olvidándome de mi mismo

Para encontrarte,

Mi Amor.

A ti,Elena.

Darío Méndez.

He leído tus palabras

La carta es para mí.

Tus palabras,

Mejor premio

Yo no puedo concebir,

Principio de un buen camino

Que mis pies han de seguir.

Que tiempo podrá conmigo si a mi lado yo te siento

Haciéndome un ser feliz??

Qué distancia puede haber,

Si miro al cielo desnudo

Y tu rostro puedo ver.

Ni tiempo ni espacio,

Elena,

Podrán con mi corazón,

Que en llamas está por ti,

Hermosa,

Morena,

Canción con la que despierto

Cada día y cada noche,

Canción que canto sereno

Mientras espero,

Soñando,

La llegada de la prometida estación,

El poema definitivo,

La cura de todas mis heridas,

La libertad de mi prisión.

Ya soy libre,

Verdadero soy,

Desde que me veo en tus ojos

Reflejándome en el sol

Despertándome sereno

Mientras tú,

Preciosa Elena,

Me susurras al oído,

Que llegó al fin el momento

De bailar nuestra canción.

A ti,Elena.

Darío Méndez.