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Caen mis dedos
sobre este fino teclado,
caen también mis ojos buscando el sueño,
dejé entre las oscuras sombras
el paisaje de un lindo lugar
donde vivía,
durante estas horas,
era una hermosa casa
en la ladera de un monte,
tenía el mar a lo lejos,
estaba vallado un campo extenso,
un verde donde mis fieras disfrutaban
salvajes a sus anchas y conmigo,
por todas partes, en los cuartos,
estábamos retratados,
mis padres, mi hermana y yo,
como si de toda la vida ese lugar
nos hubiera estado esperando…

Caen mis dedos sobre este teclado
suave, dejo caer mis pensamientos
sobrios, caigo yo en este trago seco
y vuelvo a acurrucarme entre mis mantas,
acompañada siempre de esta soledad que habla,
esta amiga llena de ideas y esperanzas,
este Dios que en todas partes se halla
tanto bailando conmigo como gastándome
gracias, esas bromas que a veces me enfadan
al no comprender del todo su propósito,
al volverme a mandar a la casilla de partida
y hacerme volver a dar las mismas vueltas…

bailo, bailo coja en el aire
como la hoja tardía del otoño,
tropiezo con los caprichos,
corrientes, suspiros…

Caen mis dedos
y cae el sueño,

—————————–

Otra vez me encuentro
en la misma boca del lobo
de mis laberintos,
enfrentada a mis fantasmas,
encerrada en mi soledad,
con el silencio como cómplice,
la boca abierta respirando
el aire que apenas me llega,
cansada antes de cansarme,
un asma absurdo,
una enfermedad provocada
por esta monotonía,
este querer borrarme
de lo físico,
de este mundo que aborrezco,
esta forma fácil
de quererme
sin enfrentarme cara a cara
a mis demonios
y a los vuestros.

Otra vez me encuentro
en estas vueltas sin retorno,
necesitando encontrar una salida
pero sin ganas de hacerlo,
con la pesadez del alma,
la sensación de culpa,
atrapada en mi propia trampa
deseo escapar
y más me enredo,
necesito compartirlo
pero con nadie puedo…

Este cuento sin principio
ni fin,
sola en mis nudos,
sueño que sin más me desenredo
y vuelvo a respirar profundo
sin añorar este humo
que tanto me enamora
y me aleja
de todos mis propósitos.

Otra vez me encuentro
con el grito callado entre mis puños,
apretando fuerte el sueño,
pensando para no pensar,
para no seguirme inventando cuentos,
para dejar de pintarme del revés
los huecos que voy dejando a cada paso,
olvidando que el tiempo sucede sin reparo,
no perdona ni olvida solo pasa,
y a cada segundo le suman otros tantos,
momentos que fueron algo efímero,
algo desnudo para vestirme el ego,
mi disfraz favorito para escapar
de la necesidad de amar que siempre tengo.

Celia Prado Vega (18 – 01 – 2019).

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Se te ha caído el alma,
se te ha caído
el sol de la mañana
roza tus suelas,
nos descalzamos juntas
la mar y yo.

Se te ha caído la gracia,
debajo del sombrero sale fuego,
te pego unas guantadas
y apago de seguro
las luces que tenías
por pretenciosas
idas y venidas
de tus sueños…

pretenciosas las ganas.

Se te ha caído el alma,
la calle te recoge
pero tú ya no te levantas.

Celia Prado Vega (16 – 01 – 2019).

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Dolores han vuelto a colocarme
el contador a cero,
a cerrar los ojos
y volver a mis cuentos,
anhelo al despertar estos brazos
en los que ahora danzaba,
acariciando el aire,
danza sobre danza,
boca a boca
versos,
lamiendo silencios,
rozando las pieles
creando el mejor fuego
de los cuerpos,
cenizas luego,
viento se las lleva
y espolvorea por los valles
los resquicios…

semillas para las tierras
removidas desde adentro…

ahora remuevo,
remuevo y remo
en esta barca anclada
en montes del interior…

una lluvia de arcilla roja
sobre nuestras cabezas canelas,
brilla el sol en este hielo
y buscamos primaveras.

Otra vez los dolores
paran mis tiempos impuestos
por este mundo físico
casi falso…

mientras se me despiertan
los demás mundos,

me recojo entre mis pasos
callados,
olvido,
y al olvidarlo todo por fin recuerdo
qué significaba todo esto.

Cierro los ojos
no vaya a ser que en mis pupilas
leas lo que te pienso.

Me escondo, agacho la cabeza
para esquivar vuestros pensamientos.

Soy un fantasma,
debajo de mis mantas
tengo el universo.

En esta soledad reino,
mi casa mi corazón,
el ritmo siempre a destiempo,
tartamudo y cojo
según el sol,
el aire, las nubes,
el cielo…

estrellas que ahora brillan
hace mucho que murieron,
hace mucho que son
agujeros negros…

quizás mientras su luz nos atrae
nos están absorbiendo.

Ven,
atrévete a descubrir
mis secretos más bellos,
atrévete a engancharte a mí
desnudándote de los miedos,

ven,
descúbrete y enséñame
la música que lates,

seamos sueños.

Celia Prado Vega (16 – 01 – 2019).

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Sábado 15 do novembro do 2018.