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Nazleyeb Sinmas

Breve historia de la lucha armada de los GRAPO

Los Grupos de Resistencia Antifascista
Primero de Octubre (GRAPO) nacieron en el verano de 1975. En ese momento veinte miembros del Partido Comunista de España (reconstituido) – PCE(r) -, partido clandestino formado cinco meses antes, llevaron a cabo su primera acción armada contra las fuerzas de seguridad fascistas. El 2 de agosto de 1975, dos guardias civiles (un cuerpo represivo militar y policial) fueron tiroteados en el centro de Madrid. Uno de ellos murió en el acto y el otro resultó gravemente herido. Era el primer golpe de los GRAPO devuelto a la ola de terror fascista conocida como “el verano del terror”.

El PCE(r) tenía su propia sección técnica creada para llevar a cabo expropiaciones a bancos para apoyar la lucha revolucionaria y castigar a los soplones de la policía; desde el núcleo de esta sección surgieron los GRAPO.

El 1 de octubre de 1975 cinco comandos diferentes de los GRAPO ejecutaron a cuatro policías e hirieron gravemente a otro en Madrid. Era la respuesta a los asesinatos de cinco antifascistas (dos miembros de ETA y tres militantes del FRAP – una organización ya desaparecida) fusilados por la policía el 27 de septiembre en aplicación de las penas de muerte ordenadas por las autoridades militares.

Los GRAPO no reivindicaron la autoría de todas estas acciones hasta el 18 de julio de 1976, cuando sesenta bombas volaron blancos fascistas por todo el país. Era el 40 aniversario del comienzo de la guerra civil (1936-39) en la que los fascistas salieron victoriosos.

En enero de 1977 la policía arrestó a cuarenta miembros del PCE(r) y de los GRAPO en Madrid y en Barcelona y consiguió liberar al Teniente General Villaescusa y al oligarca español Oriol, que estaban secuestrados por comandos de los GRAPO desde hacía sesenta días para intercambiarlos por presos políticos con el fin de forzar al gobierno para que concediese la amnistía. Unos días antes dos comandos de los GRAPO habían ejecutado a dos policías y a un guardia civil en Madrid y dejaron heridos a tres guardias civiles más en dos ataques distintos a las fuerzas represivas fascistas en respuesta al asesinato de cinco abogados de izquierda por una banda paramilitar que actuaba a las órdenes de la Guardia Civil.

El 4 de junio dos guardias civiles murieron tiroteados en Barcelona en el mismo día en que se celebraban las primeras elecciones generales desde 1936 y la farsa reformista continuaba. Esta acción era una clara señal que demostraba que las organizaciones revolucionarias no iban a aceptar la renovación del fascismo bajo ninguna máscara “democrática”.

El 27 de septiembre el capitán de la Policía Nacional, Herguedas, murió tiroteado por un comando de los GRAPO en Madrid. Había sido uno de los voluntarios fascistas que habían ejecutado a los cinco antifascistas justo dos años antes.

En 1977 y 1978 las acciones de los GRAPO siguieron adelante, principalmente bombas contra comisarías de policía y edificios militares y también contra centros gubernamentales. Pero también se llevaron a cabo algunas ejecuciones selectivas. El 22 de marzo de 1978 moría tiroteado cerca de su casa en Madrid el director general de prisiones Jesus Haddad. Era responsable del asesinato de un preso anarquista en la prisión de Carabanchel, muerto apaleado hasta la muerte por los directores de la prisión que intentaron sacar información de él sobre un plan de fuga de los presos del PCE(r) y GRAPO.

1979 fue el año en que los GRAPO llevaron a cabo más acciones: el 9 de enero un juez del Tribunal Supremo fue tiroteado en Madrid; el 5 de marzo un general del ejército fue ejecutado cuando un grupo de los GRAPO abrieron fuego contra su coche en una calle del centro de Madrid; el 6 de abril el jefe de la Brigada anti-terrorista de la Policía Nacional fue ejecutado en Sevilla; en total, veinte miembros de la policía fascista fueron ejecutados ese año en una combinación de acciones de guerrilla urbana por todo el país; explotaron muchas bombas ese año también.

Por otro lado, los militantes del PCE(r) y GRAPO pagaron un alto precio por ello: cien personas fueron encarceladas acusadas de pertenencia a dichas organizaciones (la policía aseguraba que tanto el PCE(r) como los GRAPO eran lo mismo y muchos militantes del PCE(r) fueron detenidos sin ninguna prueba contra ellos – el Partido comunista revolucionario siguió estando perseguido como en la dictadura de Franco). Siete miembros del PCE(r) y GRAPO fueron asesinados por la policía ese año: el 28 de junio Martin Eizaguirre y Fernández Cario fueron asesinados por un equipo especial de los servicios secretos militares españoles en París. Eran miembros del Comité de Relaciones Internacionales del PCE(r) y estaban exiliados. Martin Eizaguirre era también miembro del Comité Central del PCE(r).

El 20 de abril Juan Carlos Delgado de Codes, un miembro del Comité Central del PCE(r) fue tiroteado por la policía secreta en Madrid, no poseía armas ni pertenecía a la guerrilla. Sólo entre abril y mayo los GRAPO llevaron a cabo treinta acciones armadas en respuesta al asesinato de Delgado de Codes. Esto fue luego criticado por el PCE(r) por caer en una táctica militarista. A partir de ese momento, los GRAPO pusieron todos sus esfuerzos en mantener la luchar armada y darle un carácter prolongado, asumiendo que no sólo es posible sino necesario seguir la estrategia de la Guerra Popular Prolongada y que es posible desarrollar esta estrategia en un país capitalista desarrollado europeo.

La represión emprendida contra el PCE(r) desmanteló sus organizaciones de masas como ODEA, Pueblo y Cultura, UJA, etc. Muchos de sus miembros y simpatizantes fueron arrestados y la mayoría de ellos encarcelados. (…) La mayoría de sus miembros tuvieron que elegir entre abandonar la lucha o entrar en la clandestinidad.

El 17 de diciembre de 1979 cinco dirigentes de los GRAPO se fugaron de la prisión de Zamora usando un túnel excavado durante meses por presos del PCE(r) y GRAPO (algunos de ellos eran mineros). Fue un duro golpe para el gobierno, que intentó detenerlos de nuevo a cualquier precio. Tres de ellos fueron finalmente asesinados por la policía (en 1980, 1981 y 1982) y los otros dos fueron detenidos pronto porque todos ellos volvieron a la lucha.

En 1980 y 1981 los GRAPO eran una organización débil debido a la represión descargada contra sus simpatizantes. En esos años los GRAPO llevaron a cabo ocho ejecuciones, incluyendo dos generales del ejército y un coronel, para denunciar el papel jugado por el ejército en la guerra sucia y la contrainsurgencia. Algunos policías y guardias civiles fueron también ejecutados. Los GRAPO, como una organización que aspira a convertirse en el núcleo del futuro Ejército Popular nunca ha tenido como objetivos civiles inocentes ni ha usado tácticas peligrosas para los civiles en sus acciones militares y sabotajes.

En 1980-81 nueve miembros de los GRAPO fueron asesinados por la policía en una clara política de “tirar a matar”. El militante del PCE(r) José España Vivas murió mientras estaba siendo torturado el 6 de septiembre de 1980. El 19 de junio de 1981 Kepa Crespo Galende, preso del PCE(r), moría en su 94º día de huelga de hambre contra la política de tortura, aislamiento y exterminio de los presos políticos. El gobierno fue forzado a reunificar a los presos y a permitirles mantener comunas en las cárceles (La Comuna Carlos Marx, de 80 hombres presos del PCE(r) y GRAPO, en la prisión de Soria duró hasta 1989. Entonces el gobierno socialfascista del PSOE la desmanteló. Las mujeres presas del PCE(r) y GRAPO mantuvieron la Comuna Carmen López en Yeserias, Madrid, que duró hasta el mismo año).

En octubre de 1982 los socialfascistas del PSOE llegaron al gobierno. El PSOE empezó matando a Juan Martín Luna, dirigente de los GRAPO, muerto siendo tiroteado hasta seis veces en Barcelona en una operación encubierta. Estaba desarmado. Algunos años después tres policías fueron acusados de asesinato, pero después fueron absueltos. En la víspera de las elecciones generales, que se celebraban el 28 de octubre, los GRAPO plantaron treinta bombas en Madrid, Barcelona, Valencia y otras veinte zonas del país; las explosiones estaban dirigidas a promover el boicot y a denunciar la farsa electoral.

En 1983 y 1984 los GRAPO se recuperaron de su anterior debilidad y llevaron a cabo muchas acciones armadas. En esos años plantaron alrededor de setenta bombas contra objetivos policiales, en apoyo a las huelgas obreras, en apoyo a revolucionarios de otros países, etc. y también contra los reaccionarios mass media burgueses (por ejemplo, en el consulado alemán en Barcelona en apoyo a los presos de la RAF, bombas contra la patronal, etc.).

En esos años los GRAPO también llevaron a cabo algunas ejecuciones: en abril de 1983 un teniente de la policía nacional y un guardia civil fueron ejecutados en Valencia y la Coruña, el primero con una explosión en su coche y el segundo muerto de un disparo. Esas acciones fueron llevadas a cabo en apoyo a los obreros de los astilleros que estaban en huelga y estaban siendo salvajemente reprimidos por las fuerzas policiales.

El 2 de enero de 1984 dos policías fueron abatidos a tiros en Madrid. En todo ese año los GRAPO hicieron auténticos esfuerzos para apoyar las luchas del proletariado por todo el país (cuarenta y seis bombas explotaron ese año) para devolverle el golpe a las fuerzas represivas y cobrar el impuesto revolucionario necesitado para proseguir la lucha (alrededor de cien empresarios españoles pagaron el impuesto revolucionario ese año).

El 5 de septiembre tres comandos de los GRAPO lanzaron una ofensiva para obligar a los explotadores a pagar el impuesto revolucionario. En Madrid un empresario que se había negado a pagar murió tiroteado; en Sevilla, otro comando de los GRAPO ejecutó a Padura, conocido explotador y presidente de la patronal; y, finalmente, en la Coruña el responsable de la radiodifusión de RNE fue gravemente herido en respuesta a su propaganda contrarrevolucionaria. Era una advertencia a los medios reaccionarios que continuamente desacreditaban la lucha revolucionaria. Uno de los militantes de los GRAPO que había llevado a cabo la acción en la Coruña fue asesinado por la policía varias horas después y otro resultó herido y capturado cuando un grupo de los GEO asaltó la casa donde se escondían.

La represión lanzada contra los GRAPO y el PCE(r) ese año fue muy dura. En junio Manuel Pérez Martínez, camarada Arenas, secretario general del PCE(r), salió de prisión después de haber estado preso desde 1977 acusado de asociación ilícita (la expresión legal utilizada por el Estado fascista español para perseguir a los revolucionarios cuando no tenían pruebas contra ellos). Arenas, como otros muchos ex-presos del PCE(r), tuvo que pasar a la clandestinidad de nuevo siendo esta la única manera de desarrollar la lucha sin el control policial. Desde los 70 parte de la dirección y la organización clandestina del PCE(r) y GRAPO había tenido su base en Francia, la policía española nunca había podido acabar con ella.

El 19 de enero de 1985 la policía política española consiguió capturar a la mayoría de los militantes de los GRAPO en España: diecinueve de ellos fueron capturados en nueve provincias diferentes, la policía descubrió diecisiete pisos, muchas armas y munición y dinero cobrado a través del impuesto revolucionario. Este hecho fue posiblemente debido a que se saltaron muchas de las normas de seguridad y clandestinidad de los GRAPO cuando llevaron a cabo tantas acciones en apoyo a las luchas obreras. La estricta compartimentación dentro de la organización había sido rota y esto permitió a la policía asestar este duro golpe en sólo cuarenta y ocho horas.

La reorganización de los GRAPO fue lenta y dificultosa. En 1985 casi había dejado de existir pero el espíritu de sacrificio de los nuevos militantes, la mayoría de ellos sin ninguna experiencia anterior en la guerrilla, permitió seguir en la lucha. En 1985 y 1986 llevaron a cabo expropiaciones a bancos. Algunas se torcieron y siete miembros de los GRAPO fueron detenidos. El dinero se había convertido en el principal problema de la organización ya que no eran lo suficientemente fuertes como para cobrar el impuesto revolucionario; los GRAPO necesitaban pisos francos, coches y todo tipo de infraestructura para desarrollar la guerrilla urbana con éxito desde la clandestinidad. Las armas también se necesitaban urgentemente.

1987 fue un pequeño punto de inflexión. En ese año se llevaron a cabo seis acciones armadas según fuentes policiales. Hubo algunas expropiaciones exitosas de bancos y una comisaría de la policía local fue asaltada en Málaga para hacerse con armas: un comando de los GRAPO asaltó la comisaría, desarmó a tres agentes y los ató (no fueron ejecutados ya que no eran considerados objetivos adecuados. La policía local se ocupa principalmente del tráfico y no juega un papel especial en la represión). En otra operación un comando de los GRAPO intentó asaltar una comisaría de la policía nacional en Valencia para hacerse con DNIs en blanco, hubo un tiroteo y un policía fue gravemente herido.

En 1988 los GRAPO llevaron a cabo de nuevo acciones armadas para cobrar el impuesto revolucionario. El 27 de mayo Claudio Sanmartín, presidente del Banco de Galicia, murió tiroteado en su casa en la Coruña. Se había negado a pagar, alertando a la policía de la actividad de los GRAPO, y fue también un conocido explotador que había empobrecido a muchos, especialmente a pequeños campesinos, con créditos. Era también responsable del cierre de muchas fábricas debido a la especulación bancaria. Dos meses después otro empresario que se había negado a pagar el impuesto revolucionario fue gravemente herido en la Coruña.

El 4 de octubre los GRAPO consiguieron hacerse con ochocientos DNIs en blanco de una comisaría en el centro de Madrid. Durante el asalto un policía murió tiroteado y su arma fue tomada (la mayoría de las armas de los GRAPO provenían de sus acciones contra la policía y los guardias de seguridad).

El 10 de marzo de 1989 los GRAPO ejecutaron a dos guardias civiles en Santiago el mismo día que el grupo TREVI estaban dando un mitin en Madrid (TREVI era en ese momento la cabeza visible de la represión en Europa occidental). En julio de 1989 los GRAPO solventaron sus problemas económicos expropiando 148 millones de pesetas de un banco de Castellón.

En noviembre los presos políticos de PCE(r) y GRAPO comenzaron una huelga de hambre indefinida por el fin de la dispersión y su reunificación en una sola cárcel (las comunas de presos políticos habían sido desmanteladas por el gobierno del PSOE en 1987). En apoyo a esta lucha de los presos, los GRAPO lanzaron una ofensiva guerrillera en diciembre: el 13 un comandante del ejército fue tiroteado en Madrid, siendo gravemente herido; el 15, un coronel de alto rango del ejército fue tiroteado tres veces y quedó discapacitado; el 18, un miembro de la policía secreta murió tiroteado cerca de Barcelona y, finalmente, el 28, dos guardias civiles fueron ejecutados en Gijón mientras custodiaban un edificio oficial. El gobierno respondió arrestando a dos miembros del PCE(r), encarcelándolos e intentándolos implicar en estas acciones armadas (una de las mentiras difundida por los medios de masas reaccionarios dice que los miembros de los GRAPO son sólo reclutados desde las filas del PCE(r), intentando presentar este partido comunista clandestino como el brazo político de los GRAPO).

Como la huelga siguió, muchos presos fueron llevados a hospitales donde les amarraron a las camas, fueron molestados por la policía y obligados a someterse a la alimentación forzosa, medida desesperada y torturadora del gobierno para evitar las muertes de estos revolucionarios en ese mismo momento (el gobierno prefería aniquilarlos lentamente y silenciosamente en las prisiones).

El 27 de marzo de 1990, un comando de los GRAPO ejecutó al doctor Muñoz en Zaragoza. En el comunicado en el que reivindicaban la acción, los GRAPO lo calificaron como un torturador dispuesto a seguir las órdenes y las políticas del gobierno para conseguir que los presos se rindiesen por la fuerza a la agonía y la tortura de la llamada alimentación forzosa. Él no había aceptado las órdenes de un juez de detener este tipo de tortura y era un firme partidario de los planes de exterminio del gobierno (casualmente era el primo del Fiscal General del Estado). Como resultado de la alimentación forzosa, la huelga de hambre se hizo muy larga. El 25 de mayo de 1990, el preso José Manuel Sevillano moría después de 177 días en huelga de hambre. Era miembro de los GRAPO y estaba en prisión desde 1987. Los GRAPO decidieron evitar entrar en la táctica del ojo por ojo porque esto sólo podía beneficiar a las ya alertadas fuerzas de seguridad y después de una acción de respuesta (la ejecución de un coronel del ejército en Valladolid el 15 de junio), los GRAPO se centraron en llevar a cabo una ofensiva para tomar la iniciativa de nuevo en el septiembre próximo.

En septiembre de 1990 los GRAPO plantaron seis bombas en Madrid, Tarragona, Barcelona y Gijón. El 6 explotaron tres bombas en Madrid: una en el edificio de la bolsa, otra en el Tribunal Supremo y la última en el Ministerio de Economía). En ninguna de estas acciones hubo víctimas civiles. El 8 de septiembre una bomba explotaba en instalaciones de petróleo en Tarragona, causando a la compañía monopolista Repsol daños valorados en 400 millones de pesetas; el 10, una bomba estalló en la sede central del PSOE en Barcelona causando daños valorados en 100.000 dólares. Ese mes terminó con una acción de los GRAPO en Gijón el 28 cuando un comando asaltó un edificio oficial haciéndose con mil carnés de conducir en blanco y luego plantó una bomba que hizo volar las instalaciones. En noviembre de 1990, dos bombas más volaron dos edificios oficiales en Barcelona.

En 1991 y 1992 los GRAPO continuaron con la campaña de atentados contra edificios oficiales e instalaciones monopolistas: dieciséis bombas explotaron en esos años causando importantes daños. En febrero de 1991 una bomba de los GRAPO cortó durante seis horas el oleoducto militar de la OTAN que suministraba a las bases militares estadounidenses en territorio español. Esta acción tenía la intención de sabotear este oleoducto que estaba siendo usado por la aviación militar estadounidense para devastar ciudades iraquíes durante la Guerra del Golfo. En abril de 1992 los GRAPO plantaron una bomba en el Instituto Nacional de Industria y en el Ministerio de Empleo en Madrid. Dos guardias civiles resultaron heridos. También se llevaron a cabo algunas expropiaciones de bancos en esos años.

El 7 de abril de 1993 tres militantes de los GRAPO murieron en Zaragoza en un ataque contra un furgón blindado que fue atacado con explosivos para expropiar los fondos que contenía. Un guardia de seguridad también murió y dos más resultaron gravemente heridos. En 1993, un total de siete bombas explotaron en edificios oficiales en Madrid: en la patronal, las sedes del PSOE y en otras sedes implicadas en la reconversión industrial que habían despedido a miles de obreros en los últimos años.

En 1994 las acciones de los GRAPO tenían como objetivo hacerse con fondos, los cuales se necesitaban con urgencia. Se llevaron a cabo algunas expropiaciones de bancos. En enero dos bombas explotaron en Madrid en la víspera de una huelga general: en una oficina de taxistas y una oficina de desempleo. En julio y diciembre asaltaron dos furgones blindados usando explosivos en Gasteiz (Vitoria) y Barcelona, y se expropió dinero (sobre medio millón de dólares) y armas.

En 1995 los GRAPO llevaron a cabo una de las más acciones más importantes y decisivas de los últimos años. El 27 de junio los GRAPO secuestraron a Publio Cordón en Zaragoza; Cordón es un rico empresario, presidente de la compañía de seguros PREVIASA; fue liberado el 17 de agosto en Barcelona después de pagar 400 millones de pesetas. Tenía que pagar otros 800 millones de pesetas a los GRAPO después de su liberación pero prefirió volar (sus negocios no eran muy limpios, también era cónsul de Guatemala y tenía un negocio importante en ese país. En noviembre la policía arrestó a tres miembros de los GRAPO en Barcelona y Valencia pero no pudieron recuperar el dinero.

El 9 de enero de 1996 los presos políticos del PCE(r) y GRAPO comenzaron una huelga de hambre indefinida por su reunificación en una sola cárcel, la liberación de los presos enfermos y de todos los presos que habiendo cumplido sus condenas todavía estaban en prisión. Los presos detuvieron su protesta el 1 de febrero después de haber recibido promesas del gobierno de que iban a poner fin al aislamiento y a liberar a los presos enfermos, pero todo esto demostró ser una mera triquiñuela para obligar a los presos a abandonar la lucha, la cual estaba teniendo lugar en medio de elecciones generales. La huelga de hambre fue retomada el 15 de febrero después de saber que el gobierno no tenía ninguna intención real de negociar. Concluyó el 21 de marzo debido a la grave salud de la mayoría de los presos y después de haber recibido informes favorables para la liberación de los presos enfermos.

Hoy en día parece que los GRAPO están sumidos en una nueva reorganización y una cosa es clara: el Estado fascista español ha perdido la batalla en el sentido de que no ha podido aniquilar a la organización armada ni al partido revolucionario, el PCE(r).

Durante esos veintiún años, tres mil personas han sido arrestadas en relación con los GRAPO y el PCE(r), de las cuales 1400 han sido encarceladas. Hoy en día, hay cincuenta y cuatro presos del PCE(r) y GRAPO en las cárceles españolas.

Desde 1975 a 1995, los GRAPO han llevado a cabo alrededor de 60 ejecuciones, han plantado más de 300 bombas y han llevado a cabo unas 3000 acciones (el gobierno español reconoce oficialmente 545).

Veinte militantes de los GRAPO han muerto por acción de la policía o como consecuencia de explosiones. Siete militantes del PCE(r) han sido asesinados por la policía y grupos paramilitares. Según fuentes policiales alrededor de 100 miembros del PCE(r) y GRAPO están en la clandestinidad.

La lucha armada de los GRAPO, única en Europa occidental debido a su estrategia de Guerra Popular Prolongada seguida por el PCE(r) y GRAPO.

Espero os haya gustado tanto esta breve historia como a me gustó a mi el día que la leí.

Todo mi respeto para ellos.

…. La misma izquierda que hoy rechaza la violencia se olvida, que hoy tienen derechos gracias a gente que cogió las armas y dio su vida por estos.
Mientras legitiman la violencia de quienes nos pisan.